Lavar ropa es una de las labores cotidianas más importantes en los hogares, pero es una tarea fácil, lo cierto es que no siempre se realiza de la forma indicada, por lo que no necesariamente las prendas quedan libres de suciedad, de residuos o simplemente comienzan a dañarse.

En muchas ocasiones, se recomienda lavar la ropa a mano, aunque parezca un oficio desafiante, en realidad es bastante sencillo cuando son conocidos los métodos adecuados. Hay telas que requieren de cuidados esenciales, las cuales son:

Algunas prendas deben ser lavadas a mano. | Foto: Getty Images
  • Prendas delicadas: como las confeccionadas con seda, encaje o la lencería, un tipo de ropa que no son aptas para la lavadora, ya que los ciclos de lavado son vigorosos y el centrifugado puede dañar los tejidos. Así que se recomienda un lavado a mano para garantizar que se mantenga en perfectas condiciones.
  • Manchas difíciles: la acción directa es clave para tener el resultado que desea. Al usar la práctica mencionada, permite aplicar detergentes o tratamientos específicos en el área manchada y que al frotarlo con suavidad se elimina la suciedad.
  • Ropa de lana: los suéteres y las bufandas pueden encogerse o descoserse en la lavadora. Lave a mano con agua fría y utilice un detergente específico para lana.
La ropa de lana se debe lavar a mano. Foto: Getty images. | Foto: Foto: Getty images.
  • Ropa interior: contiene una tela que es delicada y, por ello, debe lavarse a mano y así mantener su elasticidad y su forma. Además, debe emplear un detergente suave y agua tibia.
  • Prendas de gimnasio con tecnología de fabricación: la ropa deportiva con telas especiales, como el Gore-tex, suelen contener fibras que se dañan en la lavadora.

Así se debe hacer un lavado a mano

  • Llene un recipiente grande con agua fría y añada un detergente suave. Disuelva el jabón por completo en el agua.
  • Sumerja la prenda en el agua y agita con suavidad para asegurarse de que esté mojada.
  • Frote con cuidado las áreas con manchas usando sus propios dedos.
Existen varios métodos para impedir que la ropa blanca se ponga amarillenta. | Foto: Bing Image Creator
  • Deje la prenda en remojo durante 15 minutos.
  • Enjuague la ropa bajo agua fría hasta que no queden residuos de detergente.
  • Presione para eliminar el exceso de agua, pero no retuerza.
  • Coloque la prenda en una toalla y enróllela para escurrir aún más el agua.
  • Extiéndala en una superficie plana para que se seque por completo.