Los baños de sauna pueden resultar tan saludables para el organismo como hacer ejercicio, además de que ofrecen una serie de beneficios para la piel.
Entre otras cosas, meterse a un sauna ayuda a relajar los músculos, a desestresarse, a activar la circulación y a aliviar la tensión. Este espacio sirve para desconectarse de las preocupaciones, liberarse del cansancio y despejar la mente, entre otros beneficios.
Sin embargo, un artículo en Havard Health Publications explica que se trata de una terapia segura para la mayoría de las personas, pero que aun así es conveniente tomar algunas precauciones para evitar consecuencias.
Es muy común que el sauna se utilice después de pasar por una sesión de natación o como parte de un día en spa, pues este tipo de actividad tiene efectos positivos a nivel cardiovascular y muscular, aunque no es adecuada para todos.
Tipos de sauna
El más conocido es el tradicional, el cual se encuentra en una habitación con paredes y asientos de madera, en donde hay un horno o piedras calientes que activan el calor, este suele ser seco y dejar un nivel de humedad entre un 10 a un 20 %.
- Leña: la madera se puede usar para calentar la sala y producir altas temperaturas y niveles de humedad bajos.
- Calor eléctrico: la tecnología ha avanzado hasta en un sauna y ya emplean calentador eléctrico que va conectado al piso, su efecto es similar al de madera.
- Sauna de infrarrojo: este tipo solo calienta el cuerpo de las personas a través de ondas infrarrojas. También, alcanza temperaturas inferiores que la dos ya mencionadas, pero que producen la misma cantidad de sudor.
- Baños de vapor: esta actividad es diferente a las anteriores, pues el calor no es en seco, sino húmedo y se suda pronto, porque hay mucha humedad.
Cabe resaltar que las personas son homeotermos, es decir, la variación externa no los afecta, esto se debe a que el cuerpo tiene mecanismos que permiten mantener la temperatura interna en niveles estables.
Por tal razón, el sauna contiene beneficios, pues por medio de la sudoración contribuye a que haya más flujo sanguíneo y que la sangre pueda estar más en contacto con el exterior. Además, expulsa las pequeñas cantidades de agua y sales para refrescar el cuerpo y humedecer las vías aéreas y disipa el calor.
Los beneficios del sauna para la salud
- Regula la presión arterial: el sauna trae efectos positivos a las personas que sufren de hipertensión, gracias a la vasodilatación que se produce en el cuerpo por el aumento del calor.
- Ayuda a la salud cardiovascular: varios estudios han demostrado que mejora la fuerza con la que el ventrículo izquierdo del corazón expulsa la sangre en pacientes con insuficiencia cardíaca crónica. Además, es un factor protector para las enfermedades cardiovasculares.
- Disminuye el riesgo del alzhéimer: en una investigación notaron que las personas que iban al sauna dos veces por semana reducían un 22 % el riesgo de demencia y un 20 % el de tener alzhéimer.
Sin embargo, los que iban de cuatro a siete veces en la semana, tenían una reducción de riesgo de casi 65 % en ambas enfermedades degenerativas. Es importante mencionar que estudio no aprueba que la disminución sea significativa porque puede que haya otros elementos relacionados.
- Ayuda a las personas con psoriasis: el sauna causa expulsión de líquidos, pero no produce deshidratación en la piel, por lo tanto, es beneficiosa para los individuos que sufren de dicha afección.
- Evita la artritis reumatoide: al promover la relajación, el cerebro percibe menos dolor y sirve como coadyuvante para calmar los dolores y la movilidad de las articulaciones.
- Alivia el asma y la bronquitis crónica: esto se debe a la humidificación de las vías aéreas.