Rojo inglés, centro rojo, tres cuartos, bien cocido, entre otros, son los términos con lo que las personas pueden consumir la carne. En ese sentido, la elección depende del gusto de cada comensal.
De acuerdo con información de la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés), la proteína de la carne de res, de la carne de pollo y del pescado es un importante nutriente para la dieta de las personas. No obstante, también puede ser un ambiente ideal para algunas bacterias nocivas.
En general, sobre todo tipo de carne, la FDA advierte la importancia de cocinarla adecuadamente antes de consumirla. De esta manera, se eliminan aquellas bacterias presentes en la carne cruda y que pueden derivar en complicaciones para la salud.
En cuanto a las carnes rojas, comparte las siguientes recomendaciones para su cocción:
- Cocinar la carne para asar o los bistecs de res, cerdo, ternera y cordero a una temperatura mínima de 145° F (63° C), con un tiempo de repose de tres minutos.
- Cocinar asado y chuletas de puerco a una temperatura mínima de 160° F (71° C).
- Cocinar la carne molida de res, ternera, cordero y cerdo a una temperatura mínima de 160° F (71° C).
- Cocinar la carne molida de pollo a 165° F (74° C).
El consumo de carne cruda o que no esté correctamente cocida puede provocar infecciones. Por ejemplo, según información de MedlinePlus, sitio web de la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, la infección por tenia es causada por comer carne cruda o mal cocida de animales infectados.
Aunque, generalmente, la infección no causa síntomas, algunas personas pueden presentar molestia abdominal y se dan cuenta de que están infectadas cuando expulsan segmentos de la lombriz en las heces.
¿Qué pasa con la carne a término medio?
Según explica un artículo publicado en el portal web Cocina Delirante, por lo general, la carne tiene una textura densa que las bacterias no pueden penetrar con facilidad. Precisamente, esta es la razón por la que se pueden consumir filetes en término medio, rojo o tres cuartos.
Entonces, para evitar infecciones estomacales, es importante que, por lo menos, el exterior de la carne esté completamente cocido. De esta manera, se eliminan las bacterias presentes en la superficie. Por supuesto, para reducir aún más el riesgo de algún tipo de infección, la higiene en la cocina también debe ser perfectamente cuidada para no afectar negativamente a los alimentos.
En resumen, si la cocción de la parte externa de la carne está completa, el consumo de la carne a término medio no resulta peligroso. Sin embargo, es importante tener presente que no todos los cuerpos reaccionan de la misma manera, por lo que algunas personas podrían experimentar ciertos efectos en función del término en que consumen la carne. De ser el caso, lo más recomendable es acudir a un especialista médico para determinar las causas exactas y definir el plan de acción adecuado.
Visión borrosa: ¿la carne puede empeorar la vista?
De acuerdo con el portal de salud, Cuerpomente, los ojos son los órganos más sensibles, por lo que se debe mantener hábitos que los cuiden y preserven con el paso del tiempo.
En primer lugar, la vista se puede cuidar con ejercicios oculares frecuentes junto a una buena higiene; y en segundo lugar, una buena alimentación contribuye a una visión saludable.
Por lo anterior, el consumo de zanahoria es primordial en un plan alimenticio para mejorar la visión porque es fuente de betacaroteno que lo convierte en vitamina A. Además, el consumo de zinc es fundamental para el buen funcionamiento ocular que se encuentra presente en la calabaza y en las carnes junto con las legumbres.
“Los expertos concluyeron que cada porción de 50 gramos de carne procesada consumida diariamente aumenta el riesgo de cáncer colorrectal en un 18 %”, asegura la OMS, al referirse al estudio del consumo de carne. Como conclusión, el alto impacto que tiene la carne roja y procesada sobre la salud se desplazó a un problema de salud pública alrededor del mundo.
Por otro lado, el doctor Christopher Wild, director del CIIC, destacó el valor nutricional que tiene la carne roja y la procesada, por lo que confirmó la importancia de dichos resultados en el estudio que ayuda a los gobiernos a regular el consumo de carne sin pasar inadvertidos los riesgos que trae para la salud.
Aunque la carne roja es fuente de zinc y puede ayudar a la visión dentro de sus contraindicaciones, también se menciona el aumento de acidez que puede afectar los riñones y provocar diabetes, por lo que se recomienda llevar a cabo una dieta que tenga frutas y verduras con una leve porción de esta proteína, indica Tua Saúde.