La digestión es un proceso fundamental para que el organismo reciba los nutrientes de alimentos y de líquidos para funcionar óptimamente. De acuerdo con los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos (NIH, por sus siglas en inglés), “el aparato digestivo descompone químicamente los nutrientes en partes lo suficientemente pequeñas como para que el cuerpo pueda absorber los nutrientes y usarlos para la energía, crecimiento y reparación de las células”.
Gracias a este proceso ocurre lo siguiente:
- “Las proteínas se descomponen químicamente en aminoácidos.
- Las grasas se descomponen químicamente en ácidos grasos y glicerol.
- Los carbohidratos se descomponen químicamente en azúcares simples”.
De acuerdo con los expertos de Mayo Clinic, entidad sin ánimo de lucro dedicada a la práctica clínica, la educación y la investigación, el tiempo de digestión varía en cada una de las personas.
“Los alimentos entran en el intestino grueso (colon) para una mayor digestión, absorción de agua y, finalmente, eliminación de los alimentos no digeridos. La comida tarda unas 36 horas en moverse por todo el colon. En general, todo el proceso, desde que se ingiere la comida hasta que sale del cuerpo en forma de heces, tarda de dos a cinco días, según el individuo”, señala en su portal web.
El Español brinda algunas recomendaciones que pueden ayudar a mejorar el proceso de digestión:
- Comer despacio. Se debe masticar varias veces los alimentos para que el proceso de digestión se realice correctamente. El tiempo para comer mínimo debe ser de 20 minutos.
- Dividir la ingesta de los alimentos en varias comidas principales de la siguiente forma: desayuno, almuerzo, merienda y cena. No se debe saltar ningún plato.
- Se debe moderar las temperaturas de las comidas, debido a que pueden irritar las mucosas digestivas. Lo ideal es no comer platos ni muy fríos ni muy calientes.
- Masticar los alimentos al menos 20 veces. Esto es importante para que sean bien digeridos.
- No se debe consumir demasiado líquido mientras se come, debido a que “esto favorece la segregación de jugos gástricos y la comida será más pesada. Lo mejor es beberla después de las comidas”, explica el sitio web.
- Consumir platos que estén equilibrados respecto a los alimentos, es decir, que la mitad estén cocidos y la otra, crudos.
- Incluir proteínas en las comidas moderadamente. “Recuerda que no solo encontrarás las proteínas en la carne, sino también en los lácteos, el huevo y las legumbres”, detalla El Español.
- No realizar ejercicio al menos 2 horas antes o después del consumo de los alimentos.
Esta fruta mejora la digestión:
Para que el proceso de digestión no se vea interrumpido, es importante tener buenos hábitos alimenticios como una correcta masticación de los alimentos y evitar tragar aire, porque esta es una causal de una indigestión. Así mismo, existen alimentos específicos que pueden mejorar este proceso.
El portal web Cocina Vital, señala que el lichi es un fruto que crece en regiones tropicales y subtropicales, y es conocido como la uva china por ser nativo de este país oriental. Su alto contenido en fibra y vitaminas B2 y B6, lo hacen un alimento ideal para mejorar la digestión, aumentar el apetito y evitar la acidez estomacal.
Como tal, la fibra del lichi regula el movimiento intestinal eliminando las toxinas del cuerpo y sus semillas benefician a los intestinos, ya que actúa como un desparasitante natural. Adicional a ello, esta fruta también contiene pequeñas cantidades de magnesio y potasio, según información del portal Salud Digital. Por esta razón, es una opción saludable para incluir en las cantidades de fruta por día que recomiendan los expertos en salud y nutrición. Una taza de lichi equivale a 190 gramos de fruta.