A tan solo una semana y unos días de que inicien las vacaciones de mitad de año, varias personas empiezan a agendarse para poder disfrutar de unos días de descanso, varios piensan en climas cálidos para poder disfrutar del sol, la playa el mar o la piscina.
Cabe mencionar que antes de exponerse al sol hay que tomar las precauciones pertinentes para evitar la sobre exposición de la piel. Incluso cuando no se va a salir de casa. Un buen protector solar es uno de los elementos imprescindibles que debe acompañar a todas las personas durante todo el año, pero especialmente es importante su aplicación cuando suben las temperaturas.
Demasiadas horas al aire libre —sea en la playa, en la piscina, en la montaña o en una terraza de la ciudad— es cuando se debe tener un cuidado especial con la radiación solar. El lado bueno del sol es que aporta vitamina D y sube el estado de ánimo, pero no se puede olvidar que daña la piel. Una exposición sin protección no solo puede provocar quemaduras y manchas solares, sino también aumentar el riesgo de padecer cáncer de piel.
Utilizar gorras o sombreros y gafas de sol, y evitar estar demasiado tiempo tomando el sol son cosas a tener en cuenta con la llegada de las vacaciones; además, hay que contar con un protector solar. Es crucial hacer uso de uno con factor de protección, SPF de 50.
Hoy en día existen nuevas fórmulas que incorporan avances tecnológicos y botánicos que, además de proteger la piel de la radiación solar, preservan la juventud de la piel y consiguen un bonito bronceado tomando menos el sol.
Hábitos de prevención
La doctora y especialista en temas de piel Ángeles Flórez, menciona la importancia de cuidar a los pequeños que se encuentran en casa, Cabe mencionar que los bebés desde los seis meses de edad pueden aplicarse protector solar; para poder escoger el más apropiado para su piel es pertinente consultar con un dermatólogo o pediatra. “Los hábitos de la infancia y adolescencia pasan factura a lo largo de la vida y la radiación ultravioleta se va acumulando a lo largo de los años”.
Por ello, se hace énfasis en la importancia de evitar la quemadura solar. Esto no quiere decir que se deban evitar las actividades al aire libre, sino que hay que realizarlas con una adecuada protección, replicándola cada dos o tres horas, y sin que el bronceado sea el objetivo.
Así, esta especialista considera que la exposición solar debe ejecutarse de una forma gradual para facilitar la adaptación de la piel y favorecer los mecanismos naturales de defensa evitando, sobre todo, la exposición directa en las horas centrales del día.
“No debe olvidarse que algunas superficies, como la arena, el agua, la nieve o la hierba reflejan la radiación como si fuesen un espejo, aumentando así la intensidad de la radiación que recibe nuestra piel y pudiendo alcanzarnos bajo una sombrilla”, enfatizó.
Además, la aplicación de cremas de protección solar de amplio espectro en las zonas que se van a exponer y repetir su aplicación es un punto “clave” en la prevención, según la dermatóloga.
En esta misma línea, el doctor Eduardo Nagore, recuerda que no hay que olvidar recurrir a los espacios de sombra y a las medidas físicas.
“Lo más indicado es utilizar prendas que tengan un efecto protector testado. También es de ayuda el uso de una gorra o un sombrero con ala ancha y de gafas de sol homologadas”, recomendó.
*Con información de Europa Press.