A pesar de ser unas de las grandes olvidadas, las uñas sufren más agresiones de lo habitual. No solo se debe prestar una especial atención al cuidado del pelo y de la piel, ya que las uñas están pintadas, cortadas, astilladas y resisten agresiones externas como el exceso de productos químicos, demasiados esmaltes y acetonas, además del calor excesivo, humedad y otras condiciones que favorecen su deterioro.
Inevitablemente, y a estas alturas, las uñas se vuelven amarillas, se vuelven más quebradizas y se rompen, ‘pidiendo’ ayuda a gritos. Afortunadamente, y con los tips ofrecidos a continuación, se tendrá toda la información para recuperarlas y limpiarlas después de las vacaciones. Todo esto es más sencillo de lo que parece.
El primer paso, como señala la experta Nail Artist Ioana Cristescu, es cortarlas. Lo más adecuado es acortarlas cuando las uñas estén secas, aunque es recomendable sumergirlas previamente en agua caliente para favorecer su exfoliación. ¿El truco? Utilizar unos alicates especiales para uñas, ya que así se tendrá un resultado mucho más profesional.
A la hora de limar, hacerlo suavemente, para evitar la aparición de grietas que provoquen la posterior rotura de la uña. En la medida de lo posible, deben evitarse las limas metálicas, más agresivas con la uñas y, como indica la experta, se pueden utilizar limas de cristal o de fibras naturales.
Después de cortar y limar, se pueden remojar las uñas durante unos minutos en agua tibia con unas gotitas de aceite de oliva, que favorecerá que las cutículas se reblandezcan y los dedos se hidraten.
Hablando de las cutículas, es recomendable no cortarlas en casa ya que su función es proteger la base de la uña y su eliminación incorrecta o demasiado excesiva puede provocar infecciones o irritaciones.
¿Cuál es el truco para una manicura perfecta?
Empujar suavemente las cutículas con una herramienta especial para ello, como un palito de naranjo o un alicate específico de cutículas que no dañará esta parte de la uña que, por lo general, es una de las grandes olvidadas de las manos.
“Cada vez que te hagas la manicura, dedica 15 minutos más a quitar las manchas y hidratar tus uñas. Puede parecer un esfuerzo en este momento, pero los resultados a largo plazo serán increíbles. Es suficiente si haces esto 2-3 veces al mes”, explica Ioana.
En un vaso pequeño se pone agua tibia, el zumo de medio limón y una cucharadita de bicarbonato de sodio. Mezclar bien y mantener las uñas en esta composición durante 5 minutos; luego, enjuagar bien con agua limpia. Tras enjuagar, masajear cada uña con una gota de aceite nutritivo de almendras dulces, argán o jojoba, y dejarlo actuar durante 10 minutos.
Por último, las uñas se deben nutrir desde el interior para crecer fuertes, por lo que si las uñas están quebradizas, débiles y sin vida, se puede optar por proporcionarles las vitaminas y los antioxidantes que necesitan. Existe una multitud de complementos dietéticos que fortalecen las uñas, a base de biotina, riboflavina, zinc y otros nutrientes. Es muy recomendable adquirir el hábito de consumir dichos suplementos a diario y así las uñas estarán en un mejor estado para poder realizar una manicura perfecta y saludable.
Por último, quienes usan esmalte todo el tiempo deben ser precavidos de usar un producto de buena calidad, que además de darle una apariencia agradable a las uñas, ayude a mantener su flexibilidad y fuerza, así como les brinde protección de los factores externos que puedan debilitarlas, como exceso de productos químicos, calor excesivo, humedad, entre otros.
*Con información de Europa Press.