Las mascotas, son una fuente inagotable de amor y compañía para sus dueños. Sin embargo, también pueden presentar desafíos, especialmente cuando entran en una etapa de su vida conocida como el “celo”, que es una fase normal en la vida de una gata que indica su capacidad para reproducirse.

Esta etapa se caracteriza por cambios hormonales significativos que llevan a una serie de comportamientos y síntomas físicos en la gata. Por lo general, el primer celo comienza cuando la gata tiene alrededor de seis meses de edad, aunque esto puede variar según la raza y el individuo.

El término "celo" se refiere al período de actividad sexual en las gatas. | Foto: Gato

Durante el celo, la gata liberará feromonas para atraer a los machos y estará dispuesta a aparearse, y los síntomas típicos del celo incluyen:

  • Maullidos persistentes: uno de los signos más notables del celo es el maullido constante de la gata. Este maullido es diferente al maullido normal y puede ser estridente y repetitivo. Es su forma de comunicarse con posibles machos.
  • Comportamiento agitado: las gatas en celo pueden volverse más inquietas y ansiosas. Pueden mostrar agitación, moverse de un lado a otro y tener dificultades para quedarse quietas.
  • Marcado con orina: la gata puede marcar su territorio con orina para atraer a los machos. Esto puede resultar en áreas de la casa con un olor desagradable.
  • Aumento del interés en los machos: la gata puede buscar activamente la compañía de los machos y puede estar más receptiva a su presencia.
  • Cambios en el apetito: algunas gatas pueden experimentar cambios en su apetito durante el celo, ya sea comiendo menos o más de lo habitual.
Las gatas en celo suelen maullar de manera más frecuente y fuerte para atraer a los machos. | Foto: Tara Moore
  • Limpieza excesiva: la gata puede lamerse más de lo normal durante el celo como parte de su comportamiento de preparación para el apareamiento.

Estrategias para tranquilizar a una gata en celo

1. Esterilización: una de las formas más efectivas de controlar el celo en una gata es optar por la esterilización (esterilización). La esterilización implica la eliminación de los ovarios y el útero de la gata.

2 Uso de feromonas artificiales: se puede considerar el uso de feromonas artificiales, como los difusores de feromonas felinas, que pueden ayudar a calmar a la gata y reducir su ansiedad durante el celo.

3. Fomentar el juego: el juego puede ayudar a liberar la energía acumulada de la gata y distraerla de su necesidad de aparearse. Por ello, es recomendado jugar con la gata utilizando juguetes como cañas de pescar, ratones de peluche y pelotas de juguete.

4. Caja de arena limpia: mantener la caja de arena de la gata limpia y fresca, ya que la gata en celo puede usarla con más frecuencia, y es esencial mantener un entorno higiénico.

5. Comida y agua fresca: hay que asegurarse de que la gata tenga acceso constante a comida y agua fresca durante el celo. El estrés y la agitación pueden hacer que las gatas coman o beban menos de lo habitual, por lo que es importante mantener su nutrición e hidratación adecuadas.

6. Evitar el contacto con machos: mantener a la gata alejada de machos no castrados, tanto dentro como fuera del hogar, y evitar el acceso a áreas donde puedan encontrarse con otros gatos.

Los gatos tienen comportamientos diferentes. | Foto: © Sally Anscombe 2019

7. Proporcionar un ambiente seguro: durante el celo, una gata puede ser más propensa a escapar de casa en busca de machos. Por ello, hay que asegurarse de que el hogar esté seguro y libre de cualquier posibilidad de fuga. Es importante mantener las ventanas y las puertas cerradas o se pueden usar redes de seguridad si es necesario.

*Este artículo fue creado con ayuda de una inteligencia artificial que utiliza ‘machine learning’ para producir texto similar al humano, y curado por un periodista especializado de SEMANA.