Al igual que los humanos, las mascotas tienen que acudir al médico paulatinamente durante sus vidas. No necesariamente por alguna enfermedad en concreto, sino netamente para hacerse exámenes de rutina para comprobar que todo marcha bien y, en ciertos casos, para prevenir alguna complicación.
Sin embargo, hay animales que no les gusta ir al veterinario. Cuando los llevan, ladran, maúllan, intentar correr o hacen fuerza para no salir de casa, entre otros comportamientos. Para evitar eso, Hillspet explica algunos consejos para calmar a las mascotas y hacer amena la consulta.
La conducta de una mascota es variada dependiendo de la situación y del animal. Hay unos que se ponen nerviosos con normalidad y asocian la visita al veterinario con una experiencia negativa; como otros que lo toman como algo normal. Para el caso de los primeros, hay tips para relajarlos.
El miedo al veterinario es una fobia común en los animales, pero se puede reducir con visitas habituales y placenteras, en las cuales los premien o les hagan actividades pedagógicas. Cuando están temerosos, lo representan ladrando, gruñendo, escondiéndose o haciendo sus necesidades antes de la consulta.
Para impedir que esto ocurra y hacer que la mascota se sienta cómoda durante la visita, la primera recomendación es realizar visitas cortas al especialista solamente para saludar. Al ser un lugar desconocido para el animal, se asustará con facilidad. Para ello, lo que se puede hacer es visitar con anterioridad, pero sin la necesidad de la revisión de la mascota.
Si se acude al lugar antes de la consulta, el animal no sentirá miedo y empezará a familiarizarse con el recinto, lo cual servirá para cuando el chequeo se realice. Del mismo modo, la segunda sugerencia es organizar bien el viaje rumbo al centro veterinario. Sea yendo en carro, transporte público o a pie, es importante mantener a la mascota entretenida con juegos durante el camino; con eso llegará cómodo a la consulta y sin miedo.
Acostumbrar al animal en casa antes de la consulta es otro elemento relevante. El veterinario interactuará y tocará a la mascota en varias ocasiones, lo cual implica que sea inseguro para estos, debido a que no permitirán que un extraño los manipule. La clave en ese punto es realizar ese procedimiento en casa, con alguien que sea de su confianza, para que el animal se acostumbre a la manipulación de otra persona.
De igual modo, masajearlo también relajará a la mascota. Los masajes son positivos para eliminar el estrés y ayudan a calmarlo para que no se sientan incómodos. Adicionalmente, hacer rutinas de ejercicio reducirá la tensión en el cuerpo. Antes de la visita, se puede hacer un paseo o trotar con el animal a largas distancias. El resultado es que estará cansado y su organismo relajado.
Para la consulta, es importante arribar con los elementos relevantes. Entre estos, está el bozal y es importante educarlo en este sentido antes de ir, para que sepa como comportarse en la consulta. Del mismo modo, se puede contactar con un educador especializado, para que le enseñe a los animales el comportamiento que deben seguir en esa clase de circunstancias.
En el caso más extremo, en el cual los animales se sigan sintiendo temerosos a pesar de seguir las recomendaciones mencionadas, lo que se puede hacer es optar por la alternativa de veterinario en casa, para que la consulta no sea lejos de la zona de confort del animal.