La presión arterial es una medición de la fuerza ejercida contra las paredes de las arterias a medida que el corazón bombea sangre a su cuerpo, según expone la enciclopedia médica MedlinePlus en su sitio web. Respecto a la hipertensión, esta ocurre cuando la presión arterial está por encima de los límites normales.
De acuerdo con el Instituto Nacional del Corazón, los Pulmones y la Sangre (NHLBI, por sus siglas en inglés), la presión arterial alta se desarrolla cuando la sangre fluye a través de las arterias a presiones más altas de lo normal.
“La presión arterial se compone de dos números: la presión sistólica y la diastólica. La presión sistólica es la presión cuando los ventrículos bombean sangre fuera del corazón. La presión diastólica es la presión entre latidos cuando el corazón se está llenando de sangre”, detalla el NHLBI.
“La presión arterial cambia a lo largo del día según las actividades que se realizan. En la mayoría de los adultos, la presión arterial normal es menos de 120 sobre 80 milímetros de mercurio (mm Hg), que se escribe como la lectura de la presión sistólica sobre la lectura de la presión diastólica: 120/80 mm Hg. La presión arterial se considera alta cuando hay lecturas sistemáticas de presión sistólica de 130 mm Hg o más o lecturas de presión diastólica de 80 mm Hg o más”, agrega la fuente consultada.
Teniendo en cuenta las complicaciones para la salud que podrían estar ligados a la hipertensión, es conveniente llevar un control de la presión arterial y acudir a un médico en caso de que dichos valores se descontrolen. De esta manera será posible establecer un diagnóstico preciso y definir el tratamiento adecuado.
Especias para controlar la presión arterial
La medicina alternativa ofrece algunas opciones para tratar todo tipo de males, en este caso, relacionados con la hipertensión. No obstante, es pertinente mencionar que los remedios caseros no cuentan con respaldo científico, por lo que su efectividad no está garantizada en un 100 %.
Dicho esto, la primera opción siempre debe ser acudir a un profesional de la salud, pues los remedios naturales no sustituyen la perspectiva médica ni el tratamiento especializado.
El curry es un condimento popular en la gastronomía asiática, especialmente en la India. Dentro de su preparación figuran especias como el ají, la albahaca, anís de los Vosgos, apio, azafrán, canela, cardamomo, cebolla seca, cayena, cilantro, clavo, comino, cúrcuma, fenogreco, jengibre, mostaza, nuez moscada y pimienta.
Sumado a su capacidad para sazonar diferentes platillos, la medicina tradicional ha asociado al curry con múltiples beneficios para el organismo. Por ejemplo, el portal Mejor con Salud reseña que el cardamomo, uno de los ingredientes del curry, “ayuda a disminuir los niveles de presión arterial”.
En ese sentido, anota que dicha característica “favorece la disminución de la incidencia de numerosas enfermedades cardiacas”. “Tanto esta especia como la albahaca tienen propiedades vasodilatadoras. También son capaces de afectar a las proteínas que disminuyen la tensión de los vasos sanguíneos, lo que deriva en la reducción de la presión arterial”, agrega el citado portal.
Otro beneficio asociado al curry es su capacidad antiinflamatoria. Esta se logra gracias a la curcumina, una sustancia presente en la cúrcuma que contribuye a disminuir el dolor articular. A partir de esta cualidad, el curry puede ser de ayuda en el tratamiento de enfermedades como la artritis reumatoide.
“El curry también ayuda a contrarrestar el colesterol, y es beneficioso para el estómago, eficaz contra los problemas o molestias intestinales, como los gases o la hinchazón”, recoge Mejor con Salud. De igual manera, su consumo podría ser útil en dietas enfocadas en la pérdida de peso, no obstante, para potenciar los resultados es clave hacer ejercicio y tener una alimentación balanceada.