Uno de los temas de salud que más mantiene alerta a las personas son los niveles de azúcar o glucosa en la sangre, pues este es un indicador que habla del estilo de vida que lleva cada individuo en su día a día tanto en la alimentación como en el desarrollo de actividades físicas.
El azúcar o glucosa en la sangre es la principal fuente de energía del cuerpo. Esta se obtiene a través de los alimentos que se ingieren a diario y la insulina, una hormona que es producida por el páncreas, permite su acceso a las células para que la sustancia no se acumule en el torrente sanguíneo.
Cuando una persona abusa del consumo de alimentos o productos cargados de azúcar, la glucosa se eleva en la sangre y esta situación aumenta el riesgo de padecer una enfermedad crónica y metabólica como la diabetes. Los elementos que más estimulan el aumento de esta sustancia en el organismo son las bebidas carbonatadas y alcohólicas, las golosinas y postres, y las harinas refinadas.
“La diabetes es una enfermedad en la que los niveles de glucosa (azúcar) de la sangre están muy altos. La glucosa proviene de los alimentos que consume. La insulina es una hormona que ayuda a que la glucosa entre a las células para suministrarles energía. En la diabetes tipo 1, el cuerpo no produce insulina. En la diabetes tipo 2, la más común, el cuerpo no produce o no usa la insulina de manera adecuada. Sin suficiente insulina, la glucosa permanece en la sangre”, explica MedlinePlus, Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos.
La entidad incluye que, “con el tiempo, el exceso de glucosa en la sangre puede causar problemas serios. Puede dañar los ojos, los riñones y los nervios. La diabetes también puede causar enfermedades cardíacas, derrames cerebrales y la necesidad de amputar un miembro. Las mujeres embarazadas también pueden desarrollar diabetes, llamada diabetes gestacional”.
Dentro de los principales síntomas de la diabetes están la pérdida de la visión, el aumento de la sed, la micción frecuente, infecciones que atacan constantemente, heridas que tardan en sanar, entre otras más.
Antes de que un profesional de la salud declare que se padece diabetes, una persona pasa por un estado denominado prediabetes, el cual puede ser reversible. No obstante, si no se toman las medidas necesarias para bajar los niveles altos de glucosa o azúcar en la sangre, se termina sentenciando que se padece la enfermedad como tal.
Por ejemplo, uno de los licuados o batidos que recomiendan algunos expertos y nutriólogos es el de bayas o también conocido como frambuesas rojas, las cuales están cargadas de fibra, vitaminas, minerales y antioxidantes, ideales para controlar los niveles de azúcar en la sangre.
De hecho, el portal de salud Healthline, citó un estudio de 2019 donde se reveló que 2 tazas (250 gramos) de frambuesas rojas, comida alta en carbohidratos, reduce significativamente la insulina después de consumirla preferiblemente en las mañana, y el azúcar en la sangre en adultos con prediabetes, en comparación con un grupo de control.
“Los estudios han demostrado que las fresas, los arándanos y las moras pueden beneficiar el control del azúcar en la sangre al mejorar la sensibilidad a la insulina y eliminar la glucosa de la sangre”, añadió el sitio.
Otras opciones para controlar la glucosa
Otro alimento a resaltar son las calabazas, estas aportan una gran cantidad de fibra a través de su consumo, sin embargo, el elemento clave que controla los niveles de azúcar en la sangre a través de esta ingesta, es su aporte en grasas y proteínas, mismos factores que permiten beneficios para la salud a través del consumo de semillas de lino y de chía.
Situación similar se presenta gracias al consumo de nueces u otros frutos secos, ya que distintos estudios han demostrado que su consumo es capaz de reducir los niveles de azúcar en la sangre, y controlar algunas enfermedades como, por ejemplo, la diabetes tipo 2.