Así como ver películas, bailar, jugar y viajar, entre muchas otras cosas, hacen felices a las personas; la alimentación también es clave para lograr este objetivo y es, además, una forma eficaz de dejar de lado el estrés y la tristeza.
Una de las principales responsables de que esto suceda es la serotonina, también conocida como la hormona de la felicidad, la cual tiene una amplia variedad de funciones en el cuerpo. Se encuentra principalmente en el cerebro, los intestinos y las plaquetas sanguíneas.
Las investigaciones indican que este neurotransmisor juega un papel importante en el estado de ánimo, las emociones, el apetito y la digestión. Los intestinos y el cerebro producen serotonina. También está presente en las plaquetas de la sangre y es protagonista en el sistema nervioso central, según un artículo publicado en el portal Medical News Today.
Para reducir el riesgo de padecer tristeza o depresión, es necesario optimizar los niveles de serotonina en el cuerpo, pero es importante hacerlo con los productos indicados, pues existe la tendencia que, cuando las personas están con el ánimo bajo, recurran a alimentos ricos en azúcares y en grasas, según información del portal Cuerpo Mente.
Una de las mejores opciones es recurrir a la ingesta de productos que contengan triptófano, un aminoácido que es clave en la producción de serotonina en el cerebro, precisa el portal Mejor con Salud.
Los alimentos ricos en este aminoácido son, según la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, queso, pollo, claras de huevos, pescado, leche, las semillas de girasol, ajonjolí y calabaza, además del maní.
Magnesio y calcio
Otros nutrientes como el magnesio y el calcio juegan un papel importante en la función cerebral y en el humor, y su deficiencia en el cuerpo se ha relacionado con un mayor riesgo de depresión. Por esta razón, en la dieta no deben faltar productos tales como: frutas en las que se deben incluir los bananos, albaricoques o damascos secos y aguacates; las nueces como almendras y anacardos; arvejas (guisantes) y fríjoles (leguminosas), semillas, productos de soya, granos enteros y leche, que son ricos en magnesio y ayudan a mejorar el estado de ánimo.
Por su parte, los que contienen mayores niveles de calcio son, principalmente, verduras como la col rizada, el brócoli, queso, yogur, garbanzos, acelgas, nueces, lentejas, huevos, sardinas y alcachofas, entre otros.
Algunos estudios han demostrado cómo el estado de la microbiota intestinal puede influir en el comportamiento y el humor, al igual que su efecto sobre el metabolismo del triptófano y la serotonina. Por esta razón, se cree que el consumo de alimentos ricos en probióticos, como los yogures naturales y el kéfir, por ejemplo, podrían mejorar los niveles de serotonina, el humor y el bienestar.
La importancia de los ácidos omega 3
Para subir los niveles de ánimo con la alimentación, también es importante ingerir alimentos ricos en ácidos omega 3. Mejor con Salud cita un estudio realizado por la Universidad de Pittsburg, según el cual, las personas con niveles bajos de estas sustancias tienen un riesgo más elevado de padecer depresión y mal humor.
Según los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos, los ácidos omega 3 se encuentran naturalmente en alimentos como el pescado y mariscos (en especial, pescados grasos de agua fría, como salmón, caballa, atún, arenques, y sardinas).
También se hallan en las nueces y semillas de linaza y de chía; en aceites de plantas como el de linaza, de soja y el de canola, y en algunos alimentos fortificados como ciertas marcas de huevos, yogur, jugos, leche y bebidas de soya.
Adicionalmente, diversos análisis científicos demuestran que comer pescado graso y varios tipos de mariscos como parte de un patrón de alimentación saludable ayuda a mantener la buena salud del corazón y lo protege de algunos problemas cardíacos.