Para nadie es un secreto que para gozar de un buen estado de salud, además de realizar ejercicio mínimo tres veces a la semana y dormir bien, es necesario tener una alimentación balanceada en la que resalte el consumo de frutas, dado que cada una de ellas cuenta con una gran cantidad de nutrientes.
Precisamente, una de estas frutas ricas en minerales son las fresas, las cuales destacan por sus propiedades diuréticas, antiinflamatorias y depurativas. También es rica en antioxidantes y minerales como manganeso, magnesio y potasio. Además, tienen vitamina C, B2, B3, ácido fólico, fibra, cerca del 90 % son agua y son bajas en azúcar.
Asimismo, de acuerdo con una publicación realizada en la revista académica Critical Reviews in Food Science and Nutrition, estas frutas son ricas en vitaminas E y A, por lo que su valor nutricional se agranda, al igual que los beneficios que aporta al organismo.
Uno de los aspectos que se destacan en las fresas es que son muy hidratantes. Cada 100 gramos de estas frutas tienen 32 calorías y tiene poco menos de 90 % de agua. Esto la posiciona como de las frutas más favorables para la hidratación del cuerpo, contrarrestando así, la pérdida de líquidos que se pueden producir, por ejemplo, en climas cálidos.
Otro de los beneficios de estos alimentos es que protegen la salud visual. Gracias a que las fresas poseen luteína y zeaxantina, la salud de los ojos se mantiene a raya. Estos dos compuestos son antioxidantes que se suman a la vitamina C que tiene el fruto y disminuye la probabilidad de desarrollar enfermedades como cataratas.
De igual manera, es necesario destacar que al ser las fresas ricas en vitamina C y en un importante mineral como el hierro, ayudan a prevenir y combatir una enfermedad como la anemia. “La vitamina C mejora la absorción del hierro de los alimentos, por lo que es útil en casos de anemia”, indica el portal Jardín Tecina.
Anemia
Con esta enfermedad, según el portal especializado de Mayo Clinic, la persona carece “de suficientes glóbulos rojos sanos para transportar un nivel adecuado de oxígeno a los tejidos del cuerpo. La anemia, también conocida como nivel bajo de hemoglobina, puede hacer que te sientas cansado y débil. Existen muchas formas de anemia, cada una con su propia causa”.
Los síntomas de esta afección son los siguientes:
- Piel pálida o amarillenta.
- Latidos del corazón irregulares.
- Dificultad para respirar.
- Mareos o aturdimiento.
- Dolor en el pecho.
- Manos y pies fríos.
- Dolores de cabeza.
De igual manera, otra de las señales para identificar si una persona tiene anemia es por medio de los ojos, así lo indica la plataforma Zurich.
Según el portal mencionado, la persona se debe colocar al frente de un espejo o pedirle a alguien que lo revise, poner el dedo índice debajo del ojo y tirar para abajo hasta dejar al descubierto la parte interior del párpado. Justo allí se puede observar esa parte del ojo y, si tiene un color apagado o pálido, es muy probable que se tenga anemia.
Asimismo, Medline Plus, biblioteca de Medicina de EE. UU., explicó que los factores de riesgo de padecer la enfermedad incluyen:
- Trastornos intestinales. Tener un trastorno intestinal que afecta la absorción de nutrientes en el intestino delgado, como la enfermedad de Crohn y la enfermedad celíaca, pone en riesgo de anemia.
- Menstruación. En general, las mujeres que no han tenido menopausia tienen un mayor riesgo de anemia por deficiencia de hierro que los hombres y las mujeres posmenopáusicas. La menstruación causa la pérdida de glóbulos rojos.
- Embarazo. Estar embarazada y no tomar un multivitamínico con ácido fólico y hierro, aumenta el riesgo de desarrollar anemia.
- Afecciones crónicas. Si se tiene cáncer u otra afección crónica, se podría estar en riesgo de desarrollar anemia por enfermedad crónica. Estas afecciones pueden derivar en una escasez de glóbulos rojos. Además, la pérdida lenta y crónica de sangre por una úlcera u otra fuente dentro del cuerpo puede agotar la reserva de hierro del cuerpo y llevar a que se presente anemia por deficiencia de hierro.