Hoy en día, muchas personas suelen acompañar sus celebraciones con bebidas alcohólicas. Sin embargo, su consumo debe ser moderado ya que varios estudios médicos han demostrado que la ingesta desmedida puede traer graves complicaciones para la salud, entre ellas el desarrollo de cáncer.

Incluso, existe evidencia de que, así se ingieran pequeñas cantidades de cualquier tipo de licor, a largo plazo esto tendrá repercusiones negativas para el buen funcionamiento del organismo.

“La fracción de cáncer atribuible al alcohol es aquella proporción de casos de cáncer que, siendo atribuible al alcohol no se hubiera producido si no existiera esta sustancia”, explica la médica internista Olga Araújo.

Ahora bien, alrededor del consumo de alcohol se han desarrollado varias creencias. Es muy frecuente escuchar, por ejemplo, que para que las personas no se emborrachen tan rápido deben evitar ingerir bebidas alcohólicas con el estómago vacío. Esto es cierto y científicamente tiene una razón lógica: ingerir alcohol con el estómago vacío hará que este sea absorbido de una manera más rápida por el intestino delgado, haciendo que llegue de manera más fácil a la sangre.

El nutricionista José Gallardo aclara cuáles son las consecuencias de beber alcohol en ayunas o con el estómago vacío. “Alrededor del 80 por ciento de la absorción de esta sustancia se produce en el intestino delgado, de forma bastante rápida”. Es decir, entre más vacío este el estómago, más rápido se absorberán las bebidas que se ingieran, llegando de manera más rápida al torrente sanguíneo.

Las bebidas alcohólicas aumentan el riesgo de padecer cáncer. | Foto: Getty Images

Un estudio que se llevó a cabo en Suecia y que fue publicado por la revista científica Journal of Forensic Sciences aseguró que los picos de alcohol en la sangre se elevan cuando se ingieren estas bebidas en ayunas o con el estómago vacío, debido a que el alcohol se absorbe de manera más rápida ya que el vaciado gástrico se empieza a producir de manera más rápida.

En medio de la investigación participaron diez hombres que ingirieron dosis moderadas de etanol, en una concentración de 0.80 g/kh en ayunas e inmediatamente después un desayuno que consistió en jugode naranja, yogur de frutas, dos sándwiches de queso, un huevo cocido y una taza de café con leche y azúcar.

Los pacientes se sintieron menos intoxicados cuando ingirieron las bebidas después del desayuno en comparación a cuando las consumieron con el estómago vacío. Además, la metabolización de las dosis de alcohol fue dos horas más corto después de que los participantes en el estudio desayunaron.

El Español, en su sección de salud y cuidado personal, menciona que las personas jamás deberían probar este tipo de bebidas. Sin embargo, a la hora de tomar la decisión de hacerlo es mejor consumirlas con algún alimento en el estómago, para evitar que las consecuencias sean más agresivas a corto y largo plazo.

El medio aclara que la intoxicación o no a la hora de ingerir estas bebidas en ayunas variará dependiendo del tipo de alcohol que se consuma, entendiendo que algunos tienen cantidades más elevadas de alcohol.

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“Las bebidas destiladas como la ginebra, el vodka o el ron producen un pico más agudo que las bebidas fermentadas como la cerveza o el vino, según revela una investigación”.

Por su parte, la Organización Mundial de la Salud (OMS) asegura que cada año se registran por lo menos unos 3 millones de muertes alrededor del mundo por el consumo excesivo de alcohol. Un depresor que, de acuerdo con el Instituto Nacional del Cáncer (NCI), es un componente “que hace más lenta la actividad del cerebro, lo que provoca que los músculos se relajen, y que la persona se calme y alivie”. Esto ocasiona desinhibición y descoordinación motora.

La ingesta desmedida de alcohol afecta de manera directa al sistema nervioso y al corazón.