La cuarentena nos puede generar una desarmonía interna y llevarnos a sentir incoherencia entre lo que querríamos hacer y lo que se requiere que hagamos. Podemos sentir enorme necesidad de salir a la calle y seguir realizando actividades habituales en nuestra cotidianidad, pero también sabemos que la situación dicta que estemos en casa. Esta tensión, o disonancia cognitiva, puede hacernos replantear nuestras creencias a conveniencia propia, diciéndonos, por ejemplo, cosas como: “No pertenezco a la población vulnerable y por ello, aunque deba quedarme en casa, en todo caso salgo” o “Están exagerando la situación y es poco probable que a mí me toque la lotería del Coronavirus por salir un rato a la calle”. Lo que sí es cierto es que la cuarentena en este momento ya no es una opción. Ni siquiera es una obligación por decreto. Fundamentalmente es un acto de salubridad, de civismo y de responsabilidad personal y colectiva. Como ejemplo de una buena razón para hacerlo, más allá de cumplir con los decretos gubernamentales, comparto este comentario que vi en las redes: “Duro es dejar de salir a la calle y más duro aún es cerrar un negocio por 3 o 5 semanas, pero mucho más duro es cerrar el ataúd de un ser querido por toda la vida”.
Por ello, siendo la cuarentena un deber y una medida indiscutible e inevitable de salubridad personal y colectiva, surgen muchas preguntas de las cuales quiero destacar la siguiente: ¿Cómo podemos manejarla bien en favor de nuestra salud física y mental y de nuestro bienestar integral? Tanto usted como yo podemos ser desbordados por la incertidumbre o el miedo; incluso podemos sentir desconcierto y rabia por los comportamientos errados y desacertados de varios de nuestros conciudadanos que no se quedan en casa, a pesar de lo requerido. En este sentido, viene bien tener presente que es natural que una situación como esta nos genere incertidumbre y temor como consecuencia de su universalidad, su novedad, su impacto y por el riesgo que conlleva. ¡Lo anormal sería que no fuera así! Es natural también que la situación genere desinformación y malas interpretaciones, perjudiciales para todos. Ahora bien, sentir incertidumbre, temor, desconcierto o rabia, nos hace humanos; y serlo nos permite también optar inteligentemente por medidas y comportamientos para gestionar apropiadamente la situación, individual y colectivamente, acorde con las circunstancias. Las siguientes son consideraciones y recomendaciones para esa buena gestión de la situación y de la cuarentena: * Tenga presente que sus pensamientos impactan su realidad de manera extraordinaria y, por ende, su bienestar. Si alimenta malos pensamientos, estos pueden convertirse en verdaderos monstruos. Nútrase solamente de fuentes confiables y balanceadas, y, por favor, ¡no se sature! Procure el nivel mínimo suficiente de información, en momentos puntuales del día y no a toda hora, ya sea por TV, radio, internet o redes sociales, incluido el chat de la familia. El resto del tiempo mantenga su mente ocupada en cosas útiles y sanas para usted y los suyos.
La información en exceso agobia, así toda sea de fuentes confiables y de calidad, e incluso si esta es amable. No dosificarla es como pretender comer todos los platos que nos gustan, pero al mismo tiempo. * Es imprescindible seguir las recomendaciones de prevención y cuidado de la salud. Para el caso de Colombia, podemos consultar el siguiente link del Ministerio de Salud en el que hay información detallada y seriamente tratada sobre aspectos relacionados con la prevención y detección del coronavirus y el manejo de pacientes. * Céntrese en lo que usted sí puede hacer y no se desgaste ni se agobie pensando en lo que está fuera de su control. Esta situación se maneja con cada quien haciendo lo que le corresponde. A usted le corresponde fundamentalmente cuidarse, cuidar a los suyos y seguir las guías de las autoridades. La ansiedad suele surgir por estar pensando en todo lo que puede pasar, sin que realmente esté pasando, y, además, dando relevancia a situaciones que no están bajo nuestro control. * La cuarentena significa aislamiento temporal, pero no desabastecimiento. Acorde con los pronunciamientos oficiales de los gobiernos de diferentes países, particularmente de Colombia, ya se ha reiterado que los centros de abastecimiento de alimentos, medicamentos y elementos de aseo estarán abiertos durante toda la cuarentena en sus horarios regulares, como fruto del trabajo coordinado entre Mincomercio, Minagricultura y Mintransporte. Por ello, es fundamental hacer una compra responsable y mesurada. No hacerlo, además de poner en riesgo el bienestar de otros, genera incremento de los precios de los productos. * El hecho de que la cuarentena sea una situación no deseada e incluso no esperada para muchos, es su decisión sacarle provecho poniendo el foco en lo que sí puede hacer. Téngalo muy presente: si gestiona bien su cuarentena, no tiene por qué desesperarse ni aburrirse. Por el contrario, tiene una oportunidad única y probablemente irrepetible de realizar actividades que representan oportunidades de simple distracción u ocio, y otras que pueden representar oportunidades de mantenimiento, aprendizaje, mejoramiento y/o relacionamiento, que en circunstancias normales difícilmente podría hacer.
A continuación puede ver 40 opciones de actividades para HACER durante la cuarentena. Algunas muy evidentes y convencionales y otras no tanto, que pueden ser realizadas en soledad o con otros, con el uso de la tecnología o sin ella. La pertinencia de una u otra depende, por supuesto, de las características y circunstancias de cada quien. Le aseguro que tan solo con la realización de algunas de ellas, dependiendo de su preferencia y de sus condiciones, no habrá cuarentena que alcance para llevarlas a cabo. Entretenimiento, relajación u ocio Armar un rompecabezas de su gusto, que puede luego enmarcar en un cuadro para la casa o para la oficina. Practicar juegos de mesa, agregándole, si se quiere, retos asociados a lavar loza, arreglar la casa o cocinar. Crear un minivivero casero a la medida del espacio disponible. Colorear mandalas. Jugar y compartir juegos de consola, incluso esos que implican movimiento físico. Preparar trucos de magia para sorprender a hijos, amigos, colegas o clientes. Meditar, practicar yoga, pilates o cualquier otra técnica que se adapte a usted y a sus circunstancias. Leer novelas, poesía, ficción o biografías de personas que admire. Recuperar aficiones como pintura, dibujo, escultura, diseño, fotografía, costura o bordado. Como es obvio, ver series o películas. Mantenimiento Mantener la hidratación, alimentarse bien y sanamente y dormir “a pierna suelta” si eso le genera placer o un espacio de recuperación. Mantener la actividad física en la forma que prefiera. Limpiar y desinfectar superficies en su hogar. Bajar archivos del celular al computador para liberar espacio de memoria. Actualizar y perfeccionar la hoja de vida. Actualizar y perfeccionar los perfiles de redes sociales: Facebook, Twitter, Instagram, LinkedIn, YouTube, Tinder o cualquier otra. Crear, organizar o actualizar sus listas de música en cualquiera que sea la aplicación que utilice. Por ejemplo, en Spotify puede hacerlo de forma compartida para alguna ocasión: una fiesta futura, una reunión bohemia de amigos, una celebración. Limpiar, organizar y/o reparar, aprovechando para regalar cosas que ya no use: closets, mesas de noche, anaqueles, alacenas, muebles, joyeros, inmuebles o vivienda. Organizar el archivo fotográfico digital o el físico, si lo hubiere. Organizar la biblioteca. Hacer su hogar más sostenible: por ejemplo, crear colectores de agua lluvia. Relacionamiento Realizar grupos de lectura. Definir un libro o un capítulo de interés común con algunos amigos o familiares, leerlo y luego compartir sobre el mismo, presencial o virtualmente. Escribir una carta de una o dos páginas, de su puño y letra, a alguien con quien esté muy agradecido, que viva o no, expresándole lo que siente. Hablar con un amigo o ser querido por día, en especial con aquellos 5 o 10 a los que hace tiempo no contacta debido al ritmo de vida que lleva. Hablar de lo que siente, en ambientes seguros, con familiares o amigos. Crear y compartir el álbum genealógico de la familia. My Heritage es una herramienta muy poderosa para ello. Vincularse y participar en un voluntariado. Dar apoyo virtual desde el conocimiento que usted maneja. Compartir con familiares y amigos distantes a través de videoencuentros. Crear un google Doc como documento para compartir con amigos, familiares o colegas sobre un tema. Mejoramiento - Aprendizaje Escribir un diario de lo que siente, vive y experimenta con esta novedosa situación. No solo le sirve como purgante psicológico, sino también como fuente de reflexión y acción en el futuro. Escribir y enviar una carta para su yo futuro. Aprender y practicar recetas de cocina. Podría ser la ocasión del primer postre, la primera pasta. Realizar cursos online o revisar tutoriales en YouTube, desde cómo arreglarse la barba o diseñar gráficas, hasta crear un cargador solar para el celular. Crear un documento visual, escrito o ambos, con secuencia cronológica que refleje su propia vida o biografía. Puede sorprenderse con todo lo que puede rememorar, recuperar y aprender. Aprender o perfeccionar un idioma. Practicar o aprender bailes de su gusto. Diseñar o dirigir su propio webinar o canal virtual. Investigar sobre los dos o tres destinos turísticos que siempre ha querido conocer. Identificar datos de interés, lugares para visitar, actividades para realizar y, por qué no, planear unas futuras vacaciones. Escribir artículos, crear su propio sitio virtual para compartir con otros sobre lo que sabe y le apasiona. Ver documentales con temas de su interés: grandes civilizaciones, mecánica, extraterrestres, mascotas.