Las muertes por coronavirus en Colombia siguen aumentando. Por eso, el pasado domingo, la alcaldesa de Bogotá, Claudia López, anunció tres nuevas medidas que empezarán a regir en la capital del país desde este lunes, para evitar un mayor colapso del sistema de salud. Una de ellas consiste en que toda persona que tenga hipertensión, diabetes y obesidad debe quedarse en casa, independientemente de que su localidad esté o no en cuarentena estricta. La razón, según explicó López, es que dos de cada tres personas con estas enfermedades y que adquieren la covid-19, están muriendo en la capital. De 2.196 personas que han fallecido en Bogotá por la epidemia, 547 eran hipertensas, 331 tenían diabetes y 176 presentaban algún grado de obesidad.
Así las cosas, las personas diagnosticadas con estas tres condiciones no podrán salir a las calles durante las próximas cuatro semanas, periodo en el que se estima que la capital vivirá uno de los momentos más altos de contagios. La preocupación por este grupo de ciudadanos no es nueva. Desde hace varios meses los científicos advierten que los diabéticos, los hipertensos y los obesos son una población de riesgo frente a la infección de la covid-19. Sin embargo, los estudios también muestran que existe un gran subdiagnóstico alrededor de estas enfermedades y por lo tanto, muy pocos dimensionan el riesgo de exponerse al virus. Aquí las razones por las que el coronavirus puede agudizarse en estas patologías y cómo identificar que las padece. Diabetes
Se sabe que la diabetes debilita el sistema inmunológico, encargado de combatir las infecciones que atacan al cuerpo, por lo que un paciente diagnosticado con la enfermedad, tiene menos posibilidades de combatir el coronavirus. Además, debido a que una persona con diabetes presenta altos niveles de azúcar en sangre, hay más probabilidades de que sus síntomas empeoren. La razón es que este nuevo enemigo prospera mejor en un entorno de glucosa elevada en la sangre. Hace unas semanas, Henry Tovar, médico endocrinólogo y presidente de la Sociedad Colombiana de Endocrinología, diabetes y metabolismo, explicó a esta revista que el mayor riesgo lo corren principalmente aquellos que no tienen la diabetes controlada.
“Un paciente diabético sin controlar va a ver afectado todos sus sistemas, el cardiovascular, la función renal, entre otras y al sufrir complicación estos sistemas van a afectarse durante el tratamiento y manejo de enfermedad por coronavirus”, señala. Por eso, su recomendación principal para estos pacientes es tener en casa los insumos necesarios de medicamentos: insulinas para el tratamiento y las herramientas de monitorias en casa. Acudir a un servicio de urgencia no sería conveniente pues es donde hay más riesgo de contagio. Sin embargo, una dificultad que puede alterar los resultados del aislamiento obligatorio para diabéticos es el subdiagnóstico. La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que alrededor de 442 millones de adultos tienen diabetes en el mundo. Es decir, una de cada 11 personas. Pero la mitad desconoce su condición, según datos de la Federación Internacional de la Diabetes. Esto obedece a que los síntomas iniciales de la enfermedad apenas son perceptibles, especialmente en el caso de la diabetes tipo 2, y generalmente se ignoran o se relacionan con problemas puntuales de salud. Aún así las recomendaciones de los expertos son estar alerta a las siguientes señales: aumento de la sed, ganas frecuentes de orinar, hambre extrema, pérdida de peso inexplicable, fatiga, visión borrosa, mala cicatrización, hormigueo en los pies e infecciones frecuentes. En Colombia se estima que la población diabética llega a 7 por ciento, lo que quiere decir que hay aproximadamente 3 millones de personas con la enfermedad. Según la Cuenta de Alto Costo, del Ministerio de Salud, con corte al 30 de junio de 2019, en Bogotá hay más de 240.000 personas que son diabéticas. Hipertensión
En términos generales, la OMS explica que la hipertensión arterial es un trastorno en el que los vasos sanguíneos tienen una tensión persistentemente alta, lo que puede dañarlos. Si no se controla, esta condición puede provocar un infarto de miocardio, un ensanchamiento del corazón y, a la larga, una insuficiencia cardiaca. En cuanto al coronavirus, los científicos han comprobado que este nuevo enemigo tiene la capacidad de dañar el sistema cardiovascular. Por lo tanto, los pacientes con hipertensión y enfermedades cardíacas también tienen un mayor riesgo de complicaciones. La covid-19 puede provocar inflamación de los músculos del corazón, ya que el órgano se ve obligado a trabajar más para bombear suficiente sangre. Cuando esto ocurre durante mucho tiempo, el corazón se debilida y, en algún momento, es posible que un paciente hipertenso no pueda bombear la cantidad requerida de sangre rica en oxígeno por su condición. Si un paciente también sufre de acumulación de placa en sus arterias, el virus tiene el potencial de romper la placa y causar un ataque cardíaco. Los científicos también sospechan que otra posible razón por la cual las personas con hipertensión tienen mayor riesgo son los medicamentos que se usan para tratar la enfermedad. A menudo estos pacientes se tratan con inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina (ECA) y bloqueadores de los receptores de angiotensina (BRA).
Ambas drogas aumentan el nivel de ACE2, la enzima que el covid-19 usa para infectar las células. Pero dichas sospechas aún están en estudio. La Liga Mundial contra la Hipertensión afirma que una de cada cuatro personas tiene hipertensión. Sin embargo, 2 de cada 3 no saben que la padece. Según datos del Ministerio de Salud, en la capital del país hay aproximadamente 779.559 personas con hipertensión diagnosticada. Aunque casi dos tercios de la población mundial mayor de 60 años tienen hipertensión, la aparición cada vez más temprana de obesidad en jóvenes y niños, es una condición que predispone a la aparición de enfermedades cardiovasculares, entre ellas la hipertensión arterial. Igual que la diabetes, la hipertensión es conocida como una "enfermedad silenciosa" porque en muchas ocasiones las personas que la padecen se sienten sanas y libres de síntomas. La única manera de detectarla es con medición. Por lo general, una presión arterial se considera elevada cuando marca 120-129 con 80, e hipertensión etapa 1 cuando la persona tiene 130-139 con 80-89, y etapa 2 cuando marca mayor o igual a 140 con 90. Los médicos advierten que si se mide en casa es importante que la persona no haya hecho ejercicios al menos 30 minutos antes, no haya bebido, fumado y pasado alguna pena o alegría que altere su presión arterial. También es importante que se pueda medir la presión varias veces al día para para poder calcular un promedio diario. Si este número es superior a los 130/80 mmHg, entonces hay que preocuparse. Las personas que tienen más probabilidades de tener la condición son aquellas con antecedentes familiares, las que consumen más de dos gramos de sal diarios, sedentarias, con poca actividad física o con sobrepeso.. Obesidad
Tovar y la mayoría de expertos también consideran que las personas obesas tienen factores de riesgo preocupantes en relación con la covid-19. La razón es que tener kilos de más genera problemas de azúcar, de corazón, riesgo de presentar cáncer, entre muchas otras dificultades para la salud. En cuanto al coronavirus, ya hay pruebas de que quienes tienen obesidad tienden a morir más. Un informe reciente de Nueva York muestra que más de dos de cada cinco personas que requieren un tubo de respiración son obesas. Y un informe de una unidad de cuidados intensivos en Francia encontró que casi el 90 por ciento de los pacientes con obesidad mórbida admitieron que necesitaban ventilación mecánica en comparación con menos de la mitad de los que tenían un peso corporal más bajo. Lo mismo sucedió con un informe del Public Health England (PHE), que encontró que la obesidad severa puede aumentar la posibilidad de morir por coronavirus hasta en un 90 por ciento. Esto provocó una campaña urgente del Gobierno inglés para promover la dieta saludable en la nación.
Según los médicos, hay varias razones por las que estos pacientes obesos requieren más ventilación invasiva en UCI que otros. Por un lado, tener niveles altos de grasa en el pecho y el abdomen ejerce presión sobre los pulmones, lo cual dificulta que las personas los usen en toda su capacidad. Esto sería letal con la covid, pues empeora la dificultad respiratoria. Además, tener peso extra significa una mayor demanda de oxígeno. Este factor también ejerce presión sobre el corazón y los pulmones, y pueden empeorar los síntomas de la covid-19. A esto se suma que las personas obesas por lo general tienen desequilibrios en su sistema inmune o presentan inflamación, lo que igual que la diabetes y la hipertensión, los deja más expuestos a agravarse por el coronavirus. Es probable que su cuerpo reaccione de forma exagerada a la infección. En la actualidad, según un informe de OCDE, más de la mitad de la población de 34 de los 36 países miembros de la organización padece sobrepeso y prácticamente una de cada cuatro personas es obesa. En Colombia las cifras también son preocupantes. Según la última Encuesta Nacional de Salud, realizada en 2015, más de la mitad de los adultos entre 18 y 64 años (56 por ciento) están en condición de sobrepeso u obesidad. Saber si usted hace parte de la lista es fácil: según la OMS debe dividir el peso entre su estatura al cuadrado, con lo cual se obtiene el índice de Masa Corporal (IMC). Si este es mayor a 25 indica sobrepeso y si es superior a 30 obesidad. Pero ojo, obesidad significa tener mucha grasa corporal. No es lo mismo que sobrepeso, que significa pesar demasiado. Una persona puede tener sobrepeso derivado de músculo, hueso o agua adicional, así como de mucha grasa.