"Desde los 12 años practico voleibol. Este deporte se convirtió básicamente en mi vida. Mientras estuve en el colegio participaba en todos los torneos y desde entonces siempre he estado entrenando, siete o seis días a la semana. Cuando iba a la universidad entrenaba de lunes a viernes allí, y los fines de semana me reunía con mi club de voleibol. Me ha enseñado a ser dedicado y constante para lograr lo que quiero. Sin embargo, hay cosas que se salen de las manos, como esta pandemia.

Pertenezco a la categoría juvenil de la Liga de Voleibol de Bogotá y este año iba a cumplir uno de mis grandes sueños: participar en los Juegos Nacionales, uno de los torneos más importantes de Colombia. Inicialmente eran en septiembre, pero con la llegada del coronavirus cancelaron todos los eventos masivos, incluyendo los deportivos, y por lo visto pasará mucho tiempo antes de que vuelvan. Además, aún no están permitidos los entrenos grupales de deportes como voleibol lo que frenó en seco desde marzo mi preparación en los partidos. Mi mayor motivación del año desapareció con la pandemia. 

Como los entrenos grupales aún no están permitidos José Manuel se conecta una vez al día por videollamada con su preparador físico. Foto: Juan Carlos Sierra / SEMANA Han sido meses duros. Extraño jugar, sentir la energía que siento en la cancha, la emoción de ganar. También quiero ver a mis compañeros de equipo, somos como una familia y me hacen mucha falta. Entrenar por una pantalla nunca va a ser lo mismo. Ahora, mientras vuelven los entrenos de manera presencial, me conecto todos los días de 6 a 7 de la noche con mi preparador físico. Con él hago diferentes ejercicios para mantener mi acondicionamiento físico, con ejercicios de fuerza, resistencia y aeróbicos. 

Los entrenos con el club de voleibol, por su parte, son más teóricos como aprender las nuevas tendencias y ejercicios para el control del balón: precisión, lanzarlo contra la pared, mantenerlo en los dedos, los antebrazos. Pero nada de esto se compara con la presencialidad. 

Lo que más extraña es la sensación de jugar en la cancha, la energía que siente en cada partido y a sus compañeros de equipo. Foto: Juan Carlos Sierra / SEMANA Este es un momento clave de mi carrera deportiva. Mi gran sueño es lograr llegar a la Selección Colombia de Voleibol y estoy en la edad perfecta para intensificar mi preparación y lograr entrar. Todo eso tendrá que esperar por ahora y aunque sé que esto es temporal mi mayor miedo es no poder volver a jugar, no poder volver a compartir con mis compañeros de equipo como antes. 

Por lo pronto seguiré entrenando en casa, al menos mientras podamos retomar los entrenos grupales. Sé que aunque a veces la virtualidad aburra, debo seguir para no perder tanto mi estado físico y volver a jugar con todas las fuerzas. Ya incluso están preparando todo para el regreso con todas las medidas de seguridad. Nos tenemos que desinfectar antes de entrar e igual lo hacen con los balones. Además como es un club para varias categorías, entrenamos en horarios diferentes y entre cada una debe haber 30 minutos para desinfectar el espacio. Todo va a ser distinto ahora, pero no veo la hora de volver".