El diario The New York Times realizó esta semana un interesante sondeo con 511 epidemiólogos sobre los tiempos que ellos calculan para que el mundo vuelva a ser ‘normal’. La mayoría coincide en que, al menos en Estados Unidos, ya es posible ir con ciertas precauciones al médico, al peluquero, y también salir en carro. Pero actividades como ir a una fiesta, sentarse con amigos al aire libre, trabajar en la oficina con colegas, enviar a los niños a las casas de otros y viajar en avión solo regresarán entre seis meses y un año. Tardará aún más tiempo (12 meses mínimo) asistir a bodas y funerales, saludar de mano, ir a misa o a un concierto. Estas fueron sus respuestas en porcentajes.

INVESTIGACIÓN El tipo de sangre cuenta

¿Por qué algunos de los infectados con covid-19 son asintomáticos y otros tienen síntomas severos? La respuesta podría estar en la genética. Por primera vez, científicos europeos documentaron en un estudio una relación fuerte entre las variaciones del ADN de cada persona y la severidad de la enfermedad. La que determina el tipo de sangre resulta clave, pues una persona A+ tendría mayor probabilidad de desarrollar fallas respiratorias. Asociaron ese tipo de sangre con un incremento de 50 por ciento en la posibilidad de que el paciente necesite oxígeno o un respirador. Investigadores chinos ya habían observado esa tendencia. Así, otros factores, además de la edad, influyen en su pronóstico. “Hay nuevos chicos en el barrio”, dijo el genetista molecular Andre Franke, de la Universidad de Kiel en Alemania y coautor del trabajo. Este se encuentra en etapa de revisión para publicarlo, y otros vienen en camino. TRATAMIENTO ¿Sirven los respiradores?

Cuando el paciente de covid-19 no puede respirar por su cuenta, el procedimiento estándar implica conectarlo a un respirador. Al principio estos aparatos eran clave, pero a medida que ha aumentado la experiencia, han surgido dudas sobre su impacto. De hecho, los pacientes que deben pasar por este proceso tienen una alta tasa de mortalidad. En Reino Unido, la cifra ha llegado casi al 50 por ciento, y según Michael O’Connor, director de cuidado crítico de UChicago Medicine, en Italia y Nueva York han tenido un éxito bajo. El método es muy invasivo y requiere un estado de inconsciencia que puede dejar secuelas. Algunos médicos piensan que hay opciones antes de usarlos como, por ejemplo, las máscaras de oxígeno. A pesar de la queja, no hay estudios científicos para corroborar esta tesis. Solo observaciones.