Los especialistas sugieren consumir alimentos frescos y evitar los ultraprocesados con el fin de sobrevivir a la covid-19.
La especialista en química de alimentos, Irma Angélica Hernández, dijo: “Vale la pena recalcar que, si bien no se conoce un medicamento que cure el coronavirus, una dieta adecuada ayuda para que el sistema inmune funcione adecuadamente […] debe ser completa, suficiente, equilibrada, inocua, variada y diversa”.
“No es lo mismo enfrentar un virus con una alimentación basada en alimentos ultraprocesados que con alimentos naturales y frescos”, añadió.
Por su parte, Unicef presentó cuatro consejos para una alimentación sencilla, asequible y saludable durante el brote de covid-19.
1. Las frutas y las verduras que aportan vitaminas y minerales.
Además de poder comerse frescas, también pueden congelarse, y conservan gran parte de su sabor y sus nutrientes.
2. Si no encuentra productos frescos, sustitúyalos por alternativas saludables, como los alimentos deshidratados o en conserva.
Los productos frescos son, casi siempre, la mejor opción, pero cuando no están disponibles hay muchas alternativas saludables que puede almacenar y preparar fácilmente.
Los frijoles y los garbanzos en conserva, que aportan abundantes nutrientes, pueden almacenarse durante meses e incluso años, y pueden incluirse en los platos de diversas formas.
El pescado azul en conserva, como las sardinas, la caballa y el salmón, son ricos en proteínas, ácidos grasos omega 3 y una variedad de vitaminas y minerales. Pueden utilizarse en frío, como, por ejemplo, en sándwiches, ensaladas o platos de pasta, o también añadirlos a platos calientes.
Las verduras en conserva, como los tomates, suelen contener menos vitaminas que los productos frescos, pero son una buena alternativa si es difícil encontrar productos frescos o verduras congeladas.
Los alimentos deshidratados, como los frijoles, las legumbres y los cereales deshidratados, como las lentejas, los guisantes partidos, el arroz, el cuscús o la quinua, también son opciones nutritivas y duraderas que, además, son sabrosas, asequibles y sustanciosas.
3. Aperitivos saludables
Los frutos secos, queso, yogur (preferiblemente, sin azúcar), fruta troceada o deshidratada, huevos cocidos, son algunas de los aperitivos saludables.
Estos alimentos son nutritivos, sacian más y contribuyen a crear hábitos saludables para toda la vida, según Unicef.
4. Limitar los alimentos muy procesados
Aunque no siempre será posible utilizar productos frescos, Unicef recomienda limitar la cantidad de alimentos muy procesados en la cesta de la compra.
Los platos preparados y los postres y refrigerios envasados suelen tener un alto contenido de grasas saturadas, azúcares y sal, por tal razón no es recomendable su habitual consumo, pero si compra alimentos procesados, mire la etiqueta e intente elegir opciones más saludables que contengan una menor cantidad de esas sustancias.
Trate de evitar las bebidas azucaradas y, en su lugar, beba agua. Una buena forma de aportarle más sabor al agua es añadirle frutas o verduras, como limón, lima, rodajas de pepino o frutos rojos.
Consejos generales de higiene alimentaria
1. Lavarse las manos insistentemente con agua y jabón durante 20 segundos como mínimo antes de preparar cualquier alimento.
2. Utilizar tablas separadas para cortar carne y pescado crudos.
3. Cocinar los alimentos a las temperaturas recomendadas.
4. En la medida de lo posible, mantener los alimentos perecederos refrigerados o congelados, y prestar atención a las fechas de caducidad.
5. Intentar reciclar o desechar los residuos y los envases de los alimentos de una manera higiénica y adecuada, evitando acumulaciones de basura que puedan atraer plagas.
6. Lavarse las manos con agua y jabón durante 20 segundos como mínimo antes de comer.
7. Utilizar siempre platos y utensilios limpios.
Finalmente, los expertos de la salud también recomiendan realizar alguna actividad física por lo menos 30 minutos.