El cortisol es una hormona que ayuda al cuerpo a responder al estrés, por esta razón, en algunas ocasiones se le llama la “hormona del estrés”. También sirve para reducir la inflamación y regular el nivel de azúcar en la sangre y el metabolismos.
Es importante entender que el cortisol es producido por las glándulas suprarrenales, que son dos glándulas pequeñas que se encuentran encima de los riñones. La glándula pituitaria que está en el cerebro produce una hormona que indica a sus glándulas suprarrenales cuánto cortisol debe producir, así lo explican en el portal Medline plus.
Unos niveles de cortisol demasiado altos o demasiado bajos, puede significar varias situaciones: se puede tener un trastorno de las glándulas suprarrenales, un problema con la glándula pituitaria o un tumor que produce cortisol.
Un ejemplo de este proceso ocurre cuando se encuentra con una amenaza, como un perro grande que le ladra durante la caminata matutina, luego de esto, el hipotálamo, una pequeña región en la base del cerebro, activa un sistema de alarma en el cuerpo.
“A través de una combinación de señales nerviosas y hormonales, este sistema incita a las glándulas suprarrenales, ubicadas encima de los riñones, a liberar una oleada de hormonas, entre ellas, la adrenalina y el cortisol”, explican en el portal Mayo Clinic.
Posteriormente la adrenalina aumenta la frecuencia cardíaca, además se eleva la presión arterial y aumenta los suministros de energía. En Mayo clinic indican que el cortisol, la principal hormona del estrés, hace que se aumenten los azúcares (la glucosa) en el torrente sanguíneo, “mejora el uso de glucosa en el cerebro y aumenta la disponibilidad de sustancias que reparan los tejidos”.
Expertos también indican que el cortisol limita algunas funciones que serían no esenciales o perjudiciales en una situación de estrés. Por ejemplo, se alteran las respuestas del sistema inmunitario y suprime el sistema digestivo, el sistema reproductor y los procesos de crecimiento. Cabe mencionar que este sistema de alarma natural tiene comunicación con las regiones del cerebro que controlan el estado de ánimo, la motivación y el miedo en los individuos.
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De acuerdo al portal Aarp, el cortisol también interviene en el metabolismo de los carbohidratos, las grasas y las proteínas. Es decir que, dependiendo de los niveles de esta hormona es como el cuerpo maneja el uso de todo lo que se come.
También regula los niveles de inflamación del cuerpo, sirve para controlar la presión sanguínea; otra función es que ayuda a manejar el ciclo de sueño y vigilia; por otra parte, el cortisol eleva la energía para manejar los momentos de estrés, ayuda a equilibrar la sal y el agua del cuerpo y es importante para la salud de la memoria y la concentración.
El cortisol es importante para los sistemas: inmunológico o sistema de defensas, el sistema gastrointestinal, cardiovascular, metabólico y reproductor. Además de órganos como el cerebro y la piel.
Expertos señalan que todo lo que sucede dentro del cuerpo, se refleja afuera, particularmente en la piel, la cual se afecta y produce un envejecimiento prematuro de las células. En Aarp indican que algunos de los resultados en este órgano puede ser una piel opaca o grasa, la resequedad, descamación, aparición de problemas dermatológicos como herpes y acné, incluso, después de la adolescencia cuando es normal la psoriasis.
Expertos indican que se deben realizar hábitos saludables para contrarrestar los efectos del estrés, como una alimentación saludable que “estabiliza los niveles de azúcar en sangre y ayuda a disminuir los efectos del cortisol alto”, explican en Aarp.
También se aconseja la práctica de actividad deportiva para mejorar el sistema inmunológico y realizar meditación con control de la respiración para que la mente tenga pensamientos positivos.