La Dermatitis Atópica es una enfermedad que, entre otros factores, es influenciada por la genética y las exposiciones ambientales que activan una respuesta inmunológica. Esta se caracteriza por la presencia de lesiones en la piel, enrojecimiento, picazón persistente e intensa, entre otros síntomas.
Es una de las enfermedades crónicas no contagiosas de la piel más frecuentes que por sus síntomas representa un gran impacto emocional y psicológico en quienes la padecen. En Latinoamérica, se estima que entre el 6 % y 10 % de los niños y adolescentes tienen la enfermedad.
En un estudio publicado recientemente por el Journal Global de Alergología, que incluyó a más de 200 pacientes colombianos con la enfermedad, se plantea que la covid-19 afectó de manera significativa a estas personas debido a los sentimientos de vulnerabilidad o el aislamiento social.
Estos estados emocionales contribuyeron al aumento del impacto psicológico en los pacientes, resultando en episodios de incertidumbre (56,8 %), ansiedad (54,8 %), pesimismo (36,8 %), miedo (27,7 %), depresión (27,9 %) y déficit de atención (19,4 %).
Así mismo, medidas restrictivas como el confinamiento, el lavado frecuente de manos, el uso de limpiadores antisépticos y desinfectantes, y el uso prolongado del tapabocas expusieron a los pacientes a una presión continua, provocando que varios síntomas se intensificaran y se presentara una mayor afectación en la piel.
El 75 % de los pacientes que participó en el estudio reveló un deterioro de su enfermedad, y más de la mitad informó tener problemas para conciliar el sueño debido a la exacerbación de sus síntomas, durante la pandemia de la covid-19.
La Dra. Gloria Sanclemente, investigadora de la Universidad de Antioquia y una de las autoras del estudio, señala que se conocía poco respecto al impacto de la pandemia en la enfermedad, ya que los reportes únicamente indicaban que la enfermedad podría empeorar por el estrés del confinamiento, la depresión, la ansiedad, el uso de desinfectantes, entre otros factores.
En un estudio anterior realizado en todo el territorio nacional, se había identificado el impacto significativo en la calidad de vida que tiene la dermatitis atópica en los pacientes.
Sin embargo, la situación que se generó por la pandemia no solo empeoró los síntomas de los pacientes atópicos, sino que también produjo alteraciones del sueño, sensaciones de incertidumbre, ansiedad y pesimismo. Además de los efectos sociales y económicos que se lograron demostrar.
La especialista Sanclemente también resalta la importancia de los resultados obtenidos respecto a las afecciones mencionadas anteriormente. “Fue realmente este estudio colombiano el que por primera vez demostró la manifestación de todas estas afectaciones mencionadas y otras más que experimentaron los pacientes”, agregó.
Por otra parte, el reciente estudio evidenció que las áreas de la piel que más sufrieron y presentaron un incremento de las lesiones debido a estos protocolos y medidas de protección fueron: la cara (47,7 %), las extremidades superiores (47,1 %), las extremidades inferiores (40 %), las manos (36,8 %) y el tronco (27,7 %).
Además de esto, el 55,7 % de los pacientes encuestados manifestaron que solían hacer uso de guantes desechables cada vez que debían realizar alguna tarea fuera de sus hogares, a raíz del estrés y miedo derivado de la emergencia sanitaria. Estas medidas de protección les producían una exacerbación de su patología, por el material de fabricación de los elementos de bioseguridad.
En Colombia, la prevalencia de personas con dermatitis atópica es de alrededor de 9 % en adultos y 12 % en adolescentes.
La doctora Catalina Beltrán, gerente médico del área de Inmunología de Sanofi, menciona que “es importante que los pacientes vuelvan a la consulta médica porque al ser una enfermedad crónica debe estar controlada y con un adecuado seguimiento. La falta de atención médica puede llevar al deterioro clínico y a un mayor impacto en la calidad de vida de las personas”.
Por otro lado, la Dra. Natalia Hernández, expresidenta de Asocolderma y también autora del estudio, expresó que los pacientes continuaron con los tratamientos formulados previos a la pandemia y que no se presentaron complicaciones ni aumento del contagio asociado a la enfermedad o a la medicación.
La especialista también agregó que “es interesante, aunque esperado, que se evidencie empeoramiento en materia socioeconómica en los pacientes, esto relacionado con la disminución de ingresos a causa del confinamiento. Es importante precisar que este estudio fue realizado hacia el quinto mes de pandemia, así que es probable que esta situación haya empeorado en los meses consecuentes”.
El estudio también hace referencia a que la mayoría de los pacientes entrevistados pertenecen al régimen contributivo de salud de Colombia, por lo que los servicios derivados de su enfermedad como hospitalizaciones y consultas médicas son cubiertos por algunas instituciones de salud. Pero existen algunos gastos como, por ejemplo, los emolientes y los jabones hipoalergénicos que deben ser cubiertos por los pacientes.
Teniendo en cuenta que el estudio pretendía proporcionar una evaluación de los aspectos clínicos, sociales y económicos de la pandemia en personas con un diagnóstico de dermatitis atópica, se encontró igualmente que la inversión mensual de estos pacientes durante la pandemia fue de alrededor de US$25 ($95.000) en el 25 % de los pacientes; de US$50 ($191.000) en el 36,1 % y US$100 ($383.000) en el 23 %.