El ácido úrico es un químico que se produce debido a la descomposición de las purinas, sustancias químicas que entran al torrente sanguíneo en el proceso de la digestión de los alimentos o debido a la descomposición natural de algunas células del cuerpo, explica Nemours Children’s Health, una organización que pertenece a The Nemours Foundation.

Añade que los riñones se encargan de filtrar la mayor parte del ácido úrico que está presente en la sangre y lo eliminan del organismo a través de la orina, mientras otra parte del ácido úrico se expulsa a través de las heces.

El ácido úrico alto o elevado –como se le conoce en el común– es un exceso de este químico en la sangre, afección a la que se le denomina como ‘hiperuricemia’. “Si el cuerpo produce demasiado ácido úrico o si no logra eliminar cantidades suficientes, es posible que se acumule en el organismo. El exceso de ácido úrico también puede formar cristales o cálculos en los riñones y esto puede provocar lesiones”, agrega la entidad.

Cerca de una de cada cinco personas tiene un nivel de ácido úrico alto, señala Mayo Clinic. Destaca que esta afección puede estar relacionada con crisis de gota o el desarrollo de cálculos renales. “La mayoría de las personas con niveles de ácido úrico altos no tienen ningún síntoma ni problemas relacionados”, precisa.

En la mayoría de los casos, cuando los riñones no logran eliminar el ácido úrico de manera eficaz, se presenta un alto nivel de este químico en el organismo. Al respecto, la entidad sin ánimo de lucro dedicada a la práctica clínica, la educación y la investigación señala que entre los motivos que pueden provocar esta disminución en la eliminación del ácido úrico están: consumir alimentos pesados, tener sobrepeso, padecer diabetes, tomar determinados diuréticos y beber demasiado alcohol. “Otras causas menos frecuentes son una dieta rica en elementos que contienen purinas o el hecho de que el cuerpo produzca demasiado ácido úrico”, destaca la publicación.

La alimentación juega un papel clave en el manejo de esta afección. En principio, los expertos aconsejan evitar los alimentos ricos en purinas y, a la par, aumentar el consumo de agua para que los riñones trabajen mejor y eliminen los cristales de ácido úrico presentes en el organismo. En línea con lo anterior, también hay una planta que puede contribuir con este propósito: el diente de león.

La Agencia Europea del Medicamento (EMA) concibe el diente de león como medicamento de uso tradicional (MTP) para el tratamiento de trastornos digestivos leves –como sensación de plenitud abdominal, flatulencia y digestión lenta–, así como también para aumentar la cantidad de orina, limpiar las vías urinarias y los riñones. Por ende, ayuda a eliminar el exceso de sustancias como el ácido úrico y el exceso de líquido retenido.

El diente de león puede ser consumido en tisana, por lo que la Agencia de registros del Ministerio de Sanidad Alemán (Standardzulassung) recomienda mezclar la raíz y las hojas de la planta, llevando al punto de ebullición entre una y dos cucharadas de estas dos partes del diente de león –previamente machacadas– en una olla con 150 mililitros de agua. Surtido este proceso, se debe dejar reposar durante 15 minutos, filtrar y endulzar al gusto, reseña María José Alonso Osorio, vocal de plantas medicinales y homeopatía del Colegio de Farmacéuticos de Barcelona y colaboradora de Advance Medical, en el blog Salud Mapfre. Se puede tomar una taza de esta infusión en la mañana y otra en la noche.

Alonso señala que para el consumo de la raíz de diente de león la dosis diaria recomendada es de 3 a 5 gramos, mientras que en el caso de las hojas, el equivalente es de 4 a 10 gramos. Si se mezclan las dos partes de esta planta, se recomienda consumir entre 3,5 y 7,5 gramos por infusión, todas las mezclas hasta tres veces al día.