Cualquiera diría que 2020 o 2021 e incluso 2022 son los años más horribles que ha tenido que vivir la humanidad, debido a la pandemia del nuevo coronavirus que se ha llevado la vida de más de 6 millones de personas. Como si eso fuera poco, Rusia invadió a Ucrania y el conflicto aún no ve la luz al final del túnel. Eso sumado a una serie de desastres naturales dejarían a 2022 como ganador absoluto en el concurso de peor año de la historia.
Pero de acuerdo con un historiador, la humanidad la sacó barata con 2020, 2021 y 2022, como dicen coloquialmente. En un intento por clasificar los años por nivel de tragedia y adversidad, Miles Pattenden llegó a la respuesta correcta: el año más duro que ha vivido la humanidad fue 536.
Pattenden, un investigador del medioevo y estudios modernos de la Universidad Católica de Australia Research Fellow in Medieval and Early Modern Studies at the Australian Catholic University comparado con 536, el año que él y otros historiadores han nominado como el más catastrófico para la humanidad, los últimos tres han sido paseos al parque. En ese año, 536, hubo tres erupciones volcánicas en algún lugar de la Tierra, lo más posible es que hayan sido en Ecuador o en Islandia, dijo a la cadena ABC.
Esas erupciones causaron que las cenizas salieran disparadas a la atmósfera y se formara una capa que impidió la entrada de la luz solar. Esto lo saben porque hay evidencia escrita de que la temperatura bajó a niveles nunca registrados, al punto que hubo nevadas en pleno verano del hemisferio norte, en especial en China y Europa.
La falta de los rayos solares significó que la producción agrícola disminuyó, lo que hizo que se produjeran fuertes hambrunas. Millones murieron de hambre, los conflictos aumentaron debido a esas condiciones de estrés y las personas que lograron sobrevivir en un primer momento luego estuvieron vulnerables a las enfermedades.
Las cosas no mejoraron rápidamente, puesto que la actividad volcánica echó a andar una cadena de eventos. “Hay una especie de retroalimentación cíclica cuando un problema de estos aflora, puesto que una vez hay una catástrofe, al menos en tiempos premodernos, se presentan otros”, señala Pattenden says. En efecto, en 541 se produjo el primer gran brote de la plaga bubónica en el mediterráneo que mató a millones en varios siglos. “Para ponerlo en perspectiva, si fueras un joven despreocupado de 18 años en el verano de 535, probablemente tendrías que vivir entre 80 y 100 años para volver a las condiciones similares a las que recordarías de ser un niño”, dice el Dr. Pattenden. La expectativa de vida no superaba en aquella época los 35 años.
Aunque los años más horribles son los más difíciles de descifrar por falta de registros, ya que la gente está ocupada sobreviviendo, esto se sabe por registros de personas que lograron dar cuenta de los hechos como Procopius un académico bizantino que escribió como el sol no brilló durante un año. Además, relató de manera gráfica la plaga en su ciudad: gente vomitando sangre y los cuerpos apilados en las calles.
Ha habido otros años en los que Pattenden agradece no haber estado vivo. Uno de ellos fue en el siglo 14 cuando surgió la pandemia de la peste negra porque “fue una catástrofe para Europa y Asia y mató a un tercio de la población. “Aldeas enteras desaparecieron a causa de esta enfermedad”, dice.
El doctor Pattenden enfatiza que los años más duros son aquellos en los que la sociedad tuvo que lidiar con pandemias y enfermedades que provocaron un aumento de la mortalidad, mucho más de lo causado por el covid. El peor caso fue cuando las enfermedades barrieron con la población de las Américas después del descubrimiento de América en 1942. “La mortalidad llegó a 90 por ciento”.
Por eso, cuando piense en lo que pasa hoy, por duro que sea, hay que recordar lo que vivieron en el pasado otros humanos. Pattenden dice que con eso no trata de quitarle importancia a lo que pasa hoy en el mundo, sino que lo hace para que la gente tenga cierta perspectiva.