La aparición de las canas suele estar relacionada con el envejecimiento, pero no es la única causa, también pueden aparecer por factores biológicos e incluso por estrés. De hecho, hay cuatro tipos de canicie: fisiológica, prematura, anular y poliosis.
La canicie fisiológica es la que se relaciona con el proceso del envejecimiento, en la cual las canas aparecen primero en las sienes y luego se extienden hacia el resto de la cabeza. La segunda, la canicie prematura, suele aparecer antes de cumplir los 20 años de edad e incluso en la infancia.
La tercera, la canicie anular, aparece cuando las canas empiezan a evidenciarse de manera aislada y dispersa por toda la cabeza, aunque también pueden formarse mechones de pelo blanco. Por último, la poliosis, que se caracteriza por la aparición de canas en zonas muy localizadas formando una mancha blanca, ya sea en la cabeza, las cejas o las pestañas.
Las personas suelen recurrir a los tintes o pinturas para cubrir las canas, pues para algunos resultan molestas. No obstante, no es la única razón por la cual se acude a los tintes. Hay personas que sin tener canas deciden tinturarse el cabello para tener un cambio de apariencia. Incluso, en ocasiones se trata de un deseo que algunos jóvenes tienen por cumplir y hay quienes consideran que su color de cabello hace parte de su identidad.
A pesar de tratarse de un proceso sencillo, se trata de un procedimiento que puede resultar perjudicial para la salud capilar.
“La coloración del cabello más permanente utiliza lo que se llama un ‘desarrollador’ para permitir que el color penetre en la corteza de la fibra capilar. Este desarrollador es generalmente el agente oxidante peróxido de hidrógeno. Sin embargo, si no se usa el nivel incorrecto de peróxido, se aplica demasiado tiempo o con demasiada frecuencia (exceso de procesamiento), el cabello puede dañarse rápidamente. Las fibras del cabello pueden debilitarse permanentemente, escamarse y ser incapaces de volver a su posición plana y proteger el núcleo”, explica la empresa francesa de cosméticos y belleza L’Oréal.
Explica la marca que los síntomas que se pueden presentar con un cabello dañado pueden llegar a depender del tono o tipo de cabello que tenga la persona. Así las cosas, una coloración más clara puede llegar a resecar el cabello “debido al efecto blanqueador del peróxido de hidrógeno y el amoníaco”. Sumado a lo anterior, las personas que se aplican colores rubios suelen notar encrespamiento, aspereza o puntas abiertas, todas señales de cabello seco y dañado.
“Los tonos oscuros son menos dañinos que los más claros, ya que el primero le agrega color a la fibra, mientras que el otro le quita color al cabello para hacerlo más rubio”, dice L’Oreál. La compañía señala que las personas que han optado por apostarle a tener un tono más oscuros pueden encontrar, dependiendo del tipo de cabello, “que el ‘peso’ del color les deja el cabello flácido y pesado, incluso grasiento”.
Agrega que un síntoma característico del cabello rizado dañado puede ser una pérdida de flexibilidad, mientras que en el caso del cabello fino puede ser la propensión a escamarse y al encrespamiento. “Los cabellos débiles son muy susceptibles al daño de las herramientas de peinado con calor, el uso excesivo de productos, los rayos UV, el clima y la contaminación del aire”, concluye la compañía francesa.