No se logra bajar de peso de la noche a la mañana, es algo que se debe tener claro desde el principio. Por lo contrario, para bajar de peso es necesario tener constancia con una alimentación balanceada, la cual debe ir acompañada de ejercicio físico y el asesoramiento de un nutricionista para obtener mejores resultados.

El Instituto Nacional de la Diabetes y las Enfermedades Digestivas y Renales (NIDDK, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos advierte que dejar de comer no garantiza bajar de peso, de hecho, los efectos pueden ser a la inversa. “Si usted omite una comida, puede terminar sintiendo más hambre. Esto le puede hacer comer más de lo normal en la próxima comida. Los estudios muestran una relación entre no desayunar y la obesidad. Las personas que no desayunan suelen pesar más que las personas que comen un desayuno saludable”, afirma el Instituto.

En razón a lo anterior, el NIDDK recomienda a las personas optar por comidas y meriendas (“snacks”) que incluyan una variedad de alimentos saludables. Algunos ejemplos que cita son:

  • Almuerzos saludables: preparar el almuerzo cada noche, así la persona no tendrá la tentación de salir corriendo de la casa por la mañana sin su almuerzo.

En ese sentido, hay cientos de recetas que pueden ayudar a bajar de peso gracias a los ingredientes que contienen, siendo algunos portadores de vitaminas, nutrientes, proteínas, fibra, entre otros elementos que son vitales para el buen funcionamiento del organismo.

Es de amplio conocimiento que uno de los primeros consejos que hacen los expertos para combatir la obesidad o bajar de peso es limitar el consumo de grasas, por lo que es muy común que a diario cientos de personas se vuelquen hacia las dietas que estén libres de grasa o se encaminen por el uso de las grasas vegetales.

Entre gustos no hay disgustos y lo cierto es que hay un producto que puede ayudar a bajar de peso y es ampliamente recomendado por los galenos: el aceite de oliva. El aceite de oliva proviene de una aceituna, lo que permite que su contenido en ácido oleico sea entre el 70 % y el 80 %, presentando entre el 10 % y el 15 % de grasas saturadas, las cuales en el caso de la mantequilla –muy utilizada en los hogares– están por encima del 70 %.

Basados en esa proporción, los nutricionistas aconsejan el uso del aceite de oliva a la hora de cocinar más que la mantequilla. Este puede ser ingerido en su estado natural para acompañar ensaladas, tostadas, entre otros productos, con moderación, reseña el portal de nutrición y bienestar Mundo Deportivo.

La propiedades que posee el aceite de oliva le hacen bien a la salud. En principio, esta variedad de aceite, que es de origen vegetal, es reconocida por ayudar a mantener firme el colesterol en el organismo. Lo anterior es posible gracias a que el aceite de oliva favorece el colesterol HDL –conocido como colesterol bueno–, y disminuye el colesterol llamado malo: el colesterol LDL, que provoca daños en las arterias del sistema cardiovascular.

Del mismo modo, el aceite de oliva ayuda a potenciar el sistema inmunológico, evitando que las personas contraigan ciertas infecciones si lo consumen de manera regular. Los expertos recomiendan su uso para los pacientes que sufren de diabetes, gracias a sus bondades para moderar esta enfermedad y equilibrar los niveles de azúcar en el organismo, así como la producción de insulina.