Los probióticos son alimentos o suplementos que contienen microorganismos vivos destinados a mantener o mejorar las bacterias “buenas” (microbiota normal) del cuerpo, según la entidad médica Mayo Clinic.
Además, aportan beneficios como el fortalecimiento del sistema inmune, el equilibrio de la flora intestinal, el estímulo a la producción de vitaminas, el apoyo a la digestión y el aporte en cuadros diarreicos, de intolerancia a la lactosa, alergias y diarrea del viajero, provocada por comer alimentos contaminados.
De igual forma, los probióticos incrementan la resistencia a infecciones por organismos potencialmente patógenos en el intestino, incrementan el valor nutricional (mejor digestión, incremento de la absorción de vitaminas y minerales), regulan la morbilidad intestinal (alivian la constipación y síndrome del intestino irritable, entre otros) y ayudan al mantenimiento de la integridad de la mucosa intestinal.
“Los probióticos actúan principalmente en el aparato digestivo, donde pueden afectar el microbioma intestinal, formado por muchos microorganismos (en su mayor parte bacterias) que viven en gran número en el intestino grueso. Cuando una persona come o bebe suficientes probióticos, estos le ayudan a proteger el aparato digestivo de microorganismos nocivos, a mejorar la digestión y la función intestinal, y además podrían proporcionar otros beneficios para la salud”, explican los Institutos Nacionales de Salud (NIH, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos.
Estos institutos señalaron que, en las personas sanas, los probióticos pueden causar gases, pero rara vez infecciones u otros problemas de salud, y que estos tienen más probabilidad de causar problemas, como infecciones bacterianas, en las personas que ya están gravemente enfermas o tienen un sistema inmunitario débil.
Asimismo, el portal Lactoflora indica que el mejor momento de consumir probióticos es cuando se padece alguna afección como la diarrea o enterocolitis necrotizante, dado que, ingerir estos alimentos cuando se presentan estas molestias ayuda a contrarrestar los agentes dañinos.
De igual manera, es necesario destacar que las personas que gozan de un buen estado de salud también pueden consumir probióticos sin ningún problema. Sin embargo, lo más recomendable es consultar con un especialista en el tema para conocer, según las condiciones de cada individuo, cuando tomar o no estos suplementos.
Los alimentos que tienen probióticos
- El yogur: este lácteo se da por la fermentación de la leche, siendo las bacterias las que la fermentan, produciendo ácido láctico. Es un alimento que participa para el buen funcionamiento del sistema digestivo.
Entre sus ventajas, se encuentra mejorar el tránsito intestinal, y la flora bacteriana intestinal. Además, al ser rico en proteína puede ser incluida en una dieta para antes o después de un entrenamiento físico.
- Fortalecer el sistema inmunológico: el yogur al tener zinc y selenio estimulan las células de este sistema, evitando que sea atacado por enfermedades, o quizá, infecciones.
- Masa madre: es un cultivo que está hecho por bacterias que se desarrollan por la fermentación del trigo que se usa para la preparación de pan y galletas, por ejemplo.
- Kombucha: esta bebida es elaborada a partir del té negro, considerada un predilecto probiótico.
- Chucrut: es la fermentación de las hojas de col o del repollo con la que se preparan recetas.
- El kéfir: es la fermentación de la leche de vaca y de cabra, que en su proceso reduce el azúcar natural de la leche. Según Mejor con Salud, fortalece los órganos digestivos y se recomienda consumirlo en el desayuno.
- Las aceitunas: este alimento es considerado rico en vitamina E y grasas monoinsaturadas, que a partir de ella, se obtiene el aceite de oliva que contiene antioxidantes, mismos que ayudan a eliminar los radicales libres que deterioran las células del cuerpo.