El síndrome del ojo seco ocurre cuando los ojos no producen suficientes lágrimas para mantenerse húmedos o cuando las lágrimas no cumplen correctamente su función, de acuerdo con el Instituto Nacional del Ojo de Estados Unidos.

De hecho, Mayo Clinic, entidad sin ánimo de lucro dedicada a la práctica clínica, la educación y la investigación, explicó que los signos y síntomas, que suelen afectar ambos ojos, pueden incluir los siguientes:

  • Una sensación de pinchazo, ardor o picazón en los ojos.
  • Mucosidad viscosa en los ojos o alrededor de estos.
  • Sensibilidad a la luz.
  • La sensación de que tienes algo en los ojos.
  • Dificultad para usar lentes de contacto.
  • Dificultad para conducir de noche.
  • Ojos llorosos, que es la respuesta del cuerpo a la irritación de la sequedad ocular.
  • Visión borrosa o fatiga ocular.
El síndrome del ojo seco puede ocurrir si se pasa mucho tiempo mirando la pantalla de una computadora, tableta o teléfono inteligente. | Foto: Getty Images

Además, señaló que algunos factores que hacen más propensa a una persona a tener ojos secos son:

  • Tener más de 50 años. La producción de lágrimas suele disminuir con la edad y los ojos secos son más comunes en personas mayores de 50 años.
  • Ser mujer. La falta de lágrimas es más común en las mujeres, especialmente si se sufren cambios hormonales debido al embarazo, si se usan píldoras anticonceptivas o si se atraviesa la menopausia.
  • Consumir una dieta con bajo contenido de vitamina A, que se encuentra en el hígado, las zanahorias y el brócoli, o con bajo contenido de ácidos grasos omega-3, que se encuentran en el pescado, las nueces y los aceites vegetales.
  • Usar lentes de contacto o tener antecedentes de cirugía refractiva.

Así las cosas, Medline Plus, la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, indicó que el primer paso en el tratamiento son las lágrimas artificiales y estas se deben empezar a usar dos a cuatro veces al día, pero si los síntomas no mejoran después de un par de semanas de uso regular se debe:

  • Aumentar el uso hasta cada 2 horas.
  • Cambiar a gotas sin conservantes si ha estado usando el tipo con conservantes.
  • Probar con una marca diferente.
Hay muchas cosas que puede hacer para mantener los ojos sanos y sin molestias. | Foto: Getty Images

Sobre la misma línea, reveló que otros tratamientos pueden incluir:

  • Aceite de pescado de dos a tres veces al día.
  • Anteojos, gafas de protección o lentes de contacto que conserven la humedad en los ojos.
  • Medicamentos como Restasis, Xiidra, corticosteroides tópicos, y tetraciclina y doxiciclina orales.
  • Diminutos tapones puestos en los conductos de drenaje lagrimal para ayudar a que la humedad permanezca en la superficie del ojo durante más tiempo.

Asimismo, según la biblioteca, otras medidas útiles son:

  • No fumar y evitar recibir el humo indirecto, el viento directo y el aire acondicionado.
  • Utilizar un humidificador, particularmente en el invierno.
  • Reducir los medicamentos para la alergia y el resfriado que pueden provocar resequedad y empeorar los síntomas.
  • Parpadear a propósito más a menudo.
  • Limpie regularmente las pestañas y aplique compresas calientes.
  • Dar a los ojos un descanso. Si se pasa tiempo frente a una computadora, se puede olvidar, parpadear, lo que puede cansar a los ojos. Para reducir la fatiga ocular, se puede probar la regla 20-20-20: Cada 20 minutos, desviar la vista unos seis metros hacia adelante por 20 segundos.
Las pestañas tiene como función principal proteger los ojos. | Foto: Getty Images

Otra recomendación es realizar ejercicios para mejorar la vista, como, mirar un objeto que esté lejos entre cinco o diez segundos y volver a parpadear. Esto se puede hacer dos veces al día.

Asimismo, los expertos recomiendan tapar un ojo con la palma de la mano sin generar presión y con el ojo que está destapado ver objetos por un par de minutos y después cambiar de ojo. Esto se puede realizar al final del día.

De todos modos, la información antes dada de ninguna manera sustituye la asesoría médica y por ello lo primero que hay que hacer es consultar a un experto de la salud para que sea este quien guíe el proceso e indique qué es lo más adecuado para cada persona.