La glucosa es importante para el funcionamiento del cuerpo humano, pues es la fuente principal de energía. La diabetes es una enfermedad crónica que consiste en problemas para convertir los alimentos en energía. Esto puede ocurrir por un mal uso de la insulina o por poca producción de esta hormona.
“Con diabetes, su cuerpo no produce una cantidad suficiente de insulina o no puede usar adecuadamente la insulina que produce. Cuando no hay suficiente insulina o las células dejan de responder a la insulina, queda demasiada azúcar en el torrente sanguíneo y, con el tiempo, esto puede causar problemas de salud graves, como enfermedad del corazón, pérdida de la visión y enfermedad de los riñones, explican los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades”, señala Mayo Clinic, entidad sin ánimo de lucro dedicada a la práctica clínica, la educación y la investigación.
En el portal de esa organización se enumeran los diferentes niveles de glucosa en la sangre, los cuales se miden por mg/dL:
- Menos de 100 mg/dL (5,6 mmol/L) es normal.
- Entre 100 y 125 mg/dL (5,6 a 6,9 mmol/L) los médicos diagnostican diabetes.
- 126 mg/dL (7,0 mmol/L) o más en dos pruebas distintas se diagnostica como diabetes.
Por su parte, Medline Plus, sitio web de la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, señala algunas preguntas que se pueden tener en cuenta en caso de tener niveles elevados o altos de glucosa, para conocer algunos factores que pueden influir:
- ¿Está comiendo demasiado o muy poco? ¿Ha estado siguiendo su plan de comidas para personas con diabetes?
- ¿Está tomando sus medicamentos para la diabetes correctamente?
- ¿Su proveedor (o aseguradora) ha cambiado sus medicamentos?
- ¿Su insulina está vencida? Verifique la fecha de caducidad de su insulina.
- ¿Su insulina ha sido expuesta a temperaturas muy altas o muy bajas?
- ¿Si toma insulina, ha estado tomando la dosis correcta? ¿Está cambiando sus lápices o jeringas?
- ¿Tiene temor de que se le baje el azúcar en la sangre? ¿Esto está llevándolo a comer demasiado o a tomar muy poca insulina u otros medicamentos para la diabetes?
- ¿Se ha inyectado insulina en un área dura, sin sensibilidad o abultada, o en un área usada en exceso? ¿Ha estado rotando sitios?
- ¿Ha estado menos o más activo de lo usual?
- ¿Tiene un resfriado, gripe u otra enfermedad?
- ¿Ha estado más estresado de lo normal?
- ¿Se ha estado verificando su nivel de azúcar en la sangre todos los días?
- ¿Ha aumentado o bajado de peso?
Diabetes y los niños
Para conocer si un niño tiene diabetes tipo 1 es importante prestar atención a los siguientes síntomas:
- Aumento de la sed.
- Orinar con frecuencia, posiblemente mojar la cama en un niño entrenado para ir al baño.
- Hambre extrema.
- Pérdida de peso involuntaria.
- Fatiga.
- Irritabilidad o cambios de comportamiento.
La diabetes tipo 1 en los niños puede ser una condición de salud compleja de manejar. “El diagnóstico de la diabetes tipo 1 en los niños puede ser abrumador, especialmente al principio. De repente, tú y tu hijo (según su edad) deben aprender a aplicar inyecciones, contar los carbohidratos y controlar el nivel de glucosa en la sangre”, señala Mayo Clinic, entidad sin ánimo de lucro dedicada a la práctica clínica, la educación y la investigación.
Respecto a la diabetes tipo 2, la entidad de salud explica que la enfermedad puede desarrollarse progresivamente sin que los síntomas sean tan evidentes. Por eso es importante realizar chequeos médicos regulares a los niños. Algunos de los síntomas que los niños pueden presentar incluyen:
- Aumento de la sed.
- Micción frecuente.
- Aumento del hambre.
- Fatiga.
- Áreas oscuras en la piel, principalmente alrededor del cuello o en las axilas y en la ingle.
- Pérdida de peso involuntaria, aunque es menos común en los niños con diabetes tipo 2 que en los niños con diabetes tipo 1.
- Infecciones frecuentes.