La diabetes es una enfermedad crónica que se presenta cuando el páncreas no secreta suficiente insulina o cuando el organismo no utiliza eficazmente la insulina que produce, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Asimismo, la entidad mundial reveló que existen varios tipos de diabetes: la diabetes sacarina de tipo 2 que se debe a que el organismo no utiliza eficazmente la insulina que produce, y la diabetes sacarina de tipo 1 que se caracteriza por una producción deficiente de insulina y requiere la administración diaria de esta hormona.

Hay que señalar que aproximadamente del 90 al 95 % de las personas con diabetes tiene la diabetes tipo 2. Es un proceso que evoluciona a lo largo de muchos años y generalmente se diagnostica en los adultos (si bien se está presentando cada vez más en los niños, los adolescentes y los adultos jóvenes). Es posible que no se sienta ningún síntoma; por lo tanto, es importante realizar un análisis de los niveles de azúcar en la sangre para saber si se está en riesgo.

Es por ello que para saber si una persona es diabética lo recomendable es que la glucemia se mida al levantarse por la mañana y antes del desayuno, y se considera normal si los niveles de glucosa se sitúan entre los 70 y 100 mg/dl en ayunas y en menos de 140 mg/dl dos horas después de cada comida, de acuerdo con el Grupo Sanitas de España.

Cuando el metabolismo de la insulina no funciona correctamente, las células de los tejidos dejan de asimilar correctamente la glucosa y esta se acumula en la sangre. La voz de alarma debe saltar cuando los niveles de glucosa en sangre estando en ayunas se sitúan entre 100 y 125 mg/dl y después de comer entre los 140 y los 199 mg/dl.

Además, la diabetes tipo 2 se puede prevenir o retrasar con cambios de estilo de vida saludables, como bajar de peso si tiene sobrepeso, tener una alimentación saludable y hacer actividad física regularmente.

No obstante, cuando se padece la enfermedad existen riesgos secundarios para la salud como, por ejemplo, padecer una enfermedad del corazón, pues un nuevo estudio de la Universidad de Alabama reveló que “las personas con diabetes tipo 2 tienen un mayor riesgo de sufrir un ataque cardíaco o un accidente cerebrovascular (ACV)”.

Adicional, otras recomendaciones para cuidar el corazón son:

1. Seguir una alimentación balanceada: ya que esto es bueno para el cerebro, el corazón y el cuerpo. Mayo Clinic, entidad sin ánimo de lucro dedicada a la práctica clínica, la educación y la investigación, recomienda comer frutas, verduras y granos integrales, así como elegir fuentes de proteína bajas en grasa, como pescado, fríjoles y carne de pollo sin piel.

2. Controlar la presión arterial: porque la presión arterial alta (hipertensión) es una afección frecuente en la que la fuerza que ejerce la sangre contra las paredes de las arterias con el transcurso del tiempo es lo suficientemente alta como para poder causar problemas de salud, como una enfermedad cardíaca, de acuerdo con Mayo Clinic.

3. No fumar: pues el hacerlo aumenta el riesgo de morir de enfermedades del corazón y de los vasos sanguíneos (cardiovasculares), que incluyen ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares.

4. Mantener los niveles de colesterol dentro de los límites aconsejados: ya que la entidad sin ánimo de lucro explicó que con el colesterol alto es posible que se formen depósitos grasos en los vasos sanguíneos y, con el tiempo, estos crecen y hacen que sea más difícil que fluya suficiente sangre a través de las arterias. A veces, esos pueden romperse de repente y formar un coágulo que causa un ataque cardíaco o un accidente cerebrovascular.