Hace algún tiempo, un estudio encontró que las estrellas de rock morían 25 años más jóvenes que las personas normales. Y los casos para apoyar la teoría abundan. Pero eso parece no aplicar a los Rolling Stones, cuyos miembros tienen tal vez la ventaja contraria y es haber vivido un cuarto de siglo más que muchos de su generación. Todo esto a pesar de tener hábitos de vida poco saludables.
En medio del anuncio de su gira No Filter para fin de año, muchos en Gran Bretaña han dicho que ellos bien podrían ser uno de los más grandes misterios de la medicina, pues han admitido públicamente que les han dado duro y parejo a las drogas. Además, han sido fumadores consumados y nunca se midieron en el tema del alcohol. Como si eso fuera poco, han esquivado la muerte en muchas ocasiones.
Mick Jagger, a sus 77 años, ha sido sometido a dos cirugías para reparar su válvula aórtica, eso sin contar con que salió ileso de la caída de un caballo. Ron Wood, de 74, se recuperó de dos tumores; lo mismo que Charlie Watts, de 80 años, quien se curó de un tumor en la garganta. Pero su suerte data de tiempo atrás. En 1971, por ejemplo, estaba tan pasado de tragos que se quedó dormido con un cigarrillo en la mano e incendió una villa en Francia donde pasaba vacaciones. También fue sometido a una cirugía de cerebro cuando cayó desde una palma de tres metros de altura en Fiji. Keith Richards, de 77, no se queda atrás. Según el diario The Telegraph quedó inconsciente tras electrocutarse durante un concierto. Hoy todos siguen como si nada.
En un intento por resolver ese enigma, el periodista Guy Kelly, del mismo diario, se dio a la tarea de averiguar cómo ha hecho cada uno de ellos para esquivar la muerte y contrarrestar los malos hábitos en los que han incurrido en todos estos años. La respuesta estaría en el yoga, la dieta keto y la sobriedad.
En el caso de Jagger, lo que hace que pueda estar corriendo y contorsionándose como un caucho a esa edad es una larga rutina de entrenamiento. Según Kelly, el cantante líder hace ejercicio entre tres y cinco horas al día, corre 12 kilómetros y tiene una dieta de atleta que incluye carnes blancas como pollo y pescado, frutas y vegetales, así como granos y legumbres. Algunos dicen que está bajo el régimen de la dieta keto por recomendación de Jo, la esposa de Ron Wood.
Keith ha sido fumador y muy sedentario, dos factores de riesgo importantes para muchas enfermedades crónicas. Esto hace pensar que el secreto en su caso es su genética y el hecho de que nunca abusó realmente de las drogas. Hoy, cuando las ha abandonado por completo, así como el cigarrillo, les ha confesado a los medios que “no entiende por qué aún está por aquí”.
Ron, en cambio, ha sido el más fumador de todos, con un récord de más de 30 cigarrillos diarios durante 50 años. Los pulmones le pasaron la cuenta en 2017, cuando recibió el diagnóstico de cáncer. Se recuperó luego de la quimio y la radioterapia, y hoy está libre de la enfermedad. No toma ni consume drogas y ha mantenido el cáncer a raya gracias a la meditación y el yoga. Pinta en sus ratos libres, cuando no está con sus mellizos de 5 años.
A pesar de estos cambios de hábito, muchos creen que ellos, además, tienen una genética que les confiere ventaja frente a otros que hacen lo mismo y no han corrido con tanta buena suerte. Eso, o como dice Ronnie Wood: “Probablemente la razón es que le gustamos a alguien allá arriba”.