En cuanto a la regeneración de tejidos, las proteínas de origen animal –carne de res, cerdo, pescado, huevos, lácteos– se absorben con mayor facilidad que las vegetales. Mientras que las primeras tienen una absorción del 90 a 99 por ciento, las vegetales se absorben en un 60 o 70 por ciento. Y a mayor absorción, mayor disponibilidad para la regeneración de tejidos, un proceso esencial para mantener un buen estado.
Las proteínas son cadenas de aminoácidos esenciales, que son componentes proteicos necesarios para el funcionamiento del organismo. El cuerpo no los sintetiza por sí mismo, sino que lo hace a través de la dieta, es decir, de los alimentos que se consumen. Las carnes son los únicas que cumplen, en su totalidad, con el requerimiento de los aminoácidos esenciales. Su deficiencia puede causar pérdida de masa muscular, caída del pelo y desnutrición, entre otros.
Fuente de vitamina B12
Está presente, únicamente, en la proteína animal como el pescado, la carne, los huevos y los lácteos. Es importante para la formación de glóbulos rojos en la sangre y para el mantenimiento del sistema nervioso central. La ausencia de esta vitamina causa anemia perniciosa o megaloblástica, es decir, la disminución de los glóbulos rojos, que dificulta el transporte del oxígeno a través del cuerpo. Su ausencia puede generar trastornos cardiovasculares, renales y enfermedad.
Según el portal Dietista Nutricionista, estos son los tipos de carne y las más recomendadas de acuerdo a sus requerimientos y el aporte nutricional diario.
Las mejores carnes rojas que podemos consumir son las procedentes de la ternera magra o de buey. Este grupo de las carnes rojas aportan menor cantidad de grasa, un buen aporte de proteínas de alto valor biológico y son una buena fuente de hierro, zinc, potasio, fósforo y vitamina B12.
Sin embargo, según un reciente informe elaborado por la OMS, la carne roja y procesada contiene, de acuerdo a su procedencia, una serie de compuestos cuya ingesta se asocia al riesgo de padecer enfermedades crónicas de tipo cardiovasculares o cancerígenas.
Por otra parte, las carnes blancas más recomendables son las de conejo, pavo y pollo. Las carnes blancas tienen igual valor biológico que las carne roja, pero éstas, además, tienen un menor cantidad de grasa saturada. Por otro lado, es importante que el aporte de hierro tras su consumo es menor que el de la carne roja.
En cuanto a la cocción, este mismo portal señala que no es recomendable comer carnes blancas crudas, puesto que su consumo puede causar infección por bacterias o microorganismos como la Salmonella, Campylobacter o Escherichia coli.
Otros beneficios de las proteínas
El consumo de proteína animal favorece el buen estado de la piel, del pelo y de las uñas. La razón es que las carnes aportan todos los sustratos que necesita el cuerpo para estar saludable: aminoácidos, hierro, zinc, fósforo, grasas y las vitaminas del grupo B, necesarias para estructurar y reforzar el funcionamiento del ADN, regular el gasto de energía, entre otras funciones.
- La proteína no solo favorece el desarrollo muscular. También el de los huesos, articulaciones, tendones, hormonas, ligamentos y anticuerpos, entre otros. Además ayuda a regular la glucosa en la sangre.
- La Organización Mundial de la Salud recomienda consumir 500 gramos de carnes rojas a la semana.
- El huevo es una gran fuente proteica. Cada uno contiene siete gramos de proteína y la recomendación es consumir de una a dos unidades diarias. La nutricionista Angélica Pérez asegura que “este alimento está satanizado por el colesterol que contiene, pero también sabemos que el mismo huevo tiene lecitina, una sustancia que hace que ese colesterol no se absorba a nivel intestinal”.