Entre las razones que motivan a las mujeres para practicarse un aumento de senos están: mejorar su apariencia si considera que sus senos son pequeños o que uno es más pequeño que otro, y esto afecta su forma de vestir o el tipo de sostén que necesita para mejorar la asimetría; adaptar para reducir del tamaño de los senos después del embarazo o de una pérdida de peso significativa; corregir los senos desiguales después de una cirugía de senos por otras afecciones y mejorar la confianza en sí misma, señala Mayo Clinic, entidad sin ánimo de lucro dedicada a la práctica clínica, la educación y la investigación.

“Los implantes mamarios son como cualquier material extraño al organismo, interaccionan con él y se van trasformando. Por ello, en general, es preciso cambiarlos. Lo que es variable es el periodo en que esto debe realizarse”, dijo Carmen Iglesias, jefe de sección de Cirugía Plástica en el Servicio de Cirugía Plástica y Quemados del Hospital Universitario La Paz (Madrid) y vocal de Comunicación y Redes Sociales de la Sociedad Española de Cirugía Plástica Reparadora y Estética (Secpre), a CuídatePlus.

El tiempo para cambiar un implante es variable y depende del tipo de implante. | Foto: Getty Images

Sin embargo, algunos cuerpos no se adaptan a los implantes y justo en ese momento comienza el padecimiento del síndrome de Asia, una enfermedad que se expresa en la reacción autoinmune o inflamatoria del cuerpo humano, atribuida a una sustancia extraña al organismo.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que en el mundo cerca de nueve millones de personas han sido diagnosticadas con el síndrome autoinmune inducido por adyuvantes (Asia), descrito por primera vez en Europa en 2011.

Es el resultado de una reacción del sistema inmunológico e inflamatorio frente a la presencia de adyuvantes en el cuerpo humano. En otras palabras, las personas que presentan la serie de síntomas y signos se han visto en contacto con metales pesados, vacunas o dispositivos con silicona.

El síndrome es un enemigo silencioso que cuesta ser identificado. | Foto: Getty Images

Los síntomas son múltiples. Una paciente con síndrome de Asia puede experimentar malestares musculares y articulares (afectación del sistema óseo-articular); dolores de cabeza persistentes, migraña, insomnio, depresión, fatiga crónica o sensación de cansancio (afectación del sistema nervioso central); alteraciones de la memoria, dispersión mental, disminución de la capacidad de concentración, entre otros.

“Los síntomas son muy inespecíficos y no existen pruebas de laboratorio que sean concluyentes en su diagnóstico; los síntomas pueden aparecer desde semanas a meses de la introducción del adyuvante. El diagnóstico es por exclusión de otras patologías y el tratamiento es la extracción del desencadenante, ante lo cual la mejoría es franca y la asociación de tratamientos inmunosupresores. Aunque en casos leves puede considerarse no extraer la prótesis”, indica la aseguradora española Mapfre.

No es necesario tener todos los síntomas para diagnosticar el síndrome, y hay que tener presente que en cada mujer actúa de manera distinta, por eso, la dificultad para ser diagnosticada.

El síndrome es el resultado de una reacción del sistema inmunológico frente a la presencia de adyuvantes. | Foto: run co

“No hay que cambiarlos cada ‘x’ años, pero hay que asumir que al llevar implantes es posible que sea necesario hacerlo en algún momento a lo largo de la vida de la mujer”, señala Jesús Benito Ruiz, presidente de la Asociación Española de Cirugía Estética Plástica (Aecep) a CuídatePlus.

Entre los riesgos que destaca Mayo Clinic sobre los implantes mamarios están: Tejido cicatricial que distorsiona la forma del implante mamario (contractura capsular), dolor en el pecho, infección, cambios en la sensibilidad del pezón y de las mamas, cambios en la posición de los implantes y pérdidas o ruptura del implante. “La corrección de estas complicaciones podría requerir más cirugías para extraer o reemplazar los implantes”, dice la entidad sin ánimo de lucro.