De acuerdo con los expertos de Mayo Clinic, entidad sin ánimo de lucro dedicada a la práctica clínica, la educación y la investigación, cuando los hombres alcanzan la pubertad siguen produciendo espermatozoides toda la vida, en la mayoría de los casos.

Las investigaciones señalan que los hombres mayores de 40 años tienden a ser menos fértiles que los jóvenes. Sin embargo, la menor fertilidad en los hombres no parece que ejerza un efecto significativo en la pareja, cuando se realizan tratamientos de fertilidad.

En el caso de las mujeres a partir de los 35 años es una edad avanzada para tener un bebé. Asimismo, se incrementan los riesgos para la salud del bebé.

El embarazo después de los 35 años de edad puede tener altos riesgos. Foto: Europa Press | Foto: Europa Press 2020

Respecto a los hombres “no existe una definición universalmente aceptada de cuándo se considera avanzada la edad paterna. Varios estudios han optado por los 40, 50 y hasta 60 años como el punto de corte para una edad paterna avanzada”, explica Mayo Clinic.

Antes de tener un bebé, lo recomendable es consultar a un doctor para conocer el estado de salud de la madre y del padre. Esto es un paso de gran importancia para evitar las posibles complicaciones de salud que puede tener el feto.

“Antes de quedar embarazada, hable con su médico sobre la atención médica antes del embarazo. Su médico querrá hablar con usted acerca de sus antecedentes médicos, familiares y sobre cualquier afección que tenga en la actualidad que podría afectar su embarazo. También le interesará hablar sobre cualquier problema con embarazos previos, medicamentos que usted esté tomando en la actualidad, vacunas que pueda necesitar y medidas que pueda tomar antes del embarazo para prevenir ciertos defectos de nacimiento”, señalan los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés).

En caso de iniciar un tratamiento de fertilidad se deben seguir las recomendaciones médicas para obtener buenos resultados. | Foto: Getty Images

Infertilidad

La infertilidad se refiere a que una persona no puede concebir hijos. Existen dos tipos de infertilidad, de acuerdo con Medline Plus, sitio web de la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos. La infertilidad primaria, que ocurre cuando una pareja no ha podido quedar en embarazo luego de mínimo un año de relaciones sexuales sin el uso de métodos anticonceptivos, y la secundaria, que se refiere a parejas que quedaron en embarazo una vez, pero luego no puede.

Existen diferentes causas de infertilidad:

Infertilidad masculina

  • Producción o funcionamiento anormal de los espermatozoides.
  • Problemas con la salida de los espermatozoides.
  • Sobreexposición a ciertos factores ambientales.
  • Daño relacionado con el cáncer y su tratamiento.
  • Exposición a mucho calor durante períodos prolongados.
  • Consumo excesivo de alcohol, de marihuana o de cocaína.
  • Desequilibrio hormonal.
  • Medicamentos como cimetidina, espironolactona y nitrofurantoina
  • Eyaculación retrógrada
  • Cicatrización a raíz de infecciones de transmisión sexual (ITS), lesión o cirugía
  • Historial de infección testicular por paperas
  • Vasectomía o falla de la reversión de la vasectomía
  • Toxinas en el medioambiente
El cáncer puede causar infertilidad. Asimismo, el tratamiento para esta enfermedad. | Foto: Getty Images

Infertilidad femenina

  • Trastornos autoimmunitarios, como el síndrome antifosfolípídico (SAFL).
  • Trastornos de ovulación.
  • Defectos congénitos que afectan al tracto reproductor.
  • Cáncer o tumor.
  • Trastornos de la coagulación.
  • Diabetes.
  • Consumo excesivo de alcohol.
  • Ejercicio excesivo.
  • Trastornos alimentarios o desnutrición.
  • Crecimientos (como miomas o pólipos) en el útero y el cuello uterino.
  • Medicamentos tales como fármacos quimioterapéuticos.
  • Desequilibrios hormonales.
  • Tener sobrepeso o estar por debajo del peso adecuado.
  • Edad avanzada.
  • Quistes ováricos y síndrome de ovario poliquístico (SOP).
  • Infección pélvica que resulta en una cicatrización o una inflamación de las trompas de Falopio (hidrosalpinx) o enfermedad inflamatoria pélvica (EIP).
  • Cicatrización a raíz de infección de transmisión sexual, cirugía abdominal previa o endometriosis.
  • Tabaquismo.
  • Cirugía para evitar el embarazo (ligadura de trompas) o falla de la cirugía de recanalización de trompas (reanastomosis).
  • Enfermedad tiroidea.
  • Daño o bloqueo de las trompas de Falopio,
  • Adherencias pélvicas.
  • Daños relacionados con el cáncer y su tratamiento.