Las frutas son una buena fuente de fibra, vitaminas y minerales por lo que es ideal consumirlas de forma habitual. Por sus propiedades pueden reducir los niveles de colesterol, mejorar el tránsito intestinal (evitan el estreñimiento), disminuir los niveles de azúcar en la sangre y contribuir a la eliminación de toxinas, entre otros.
Asimismo, el Ministerio de Salud señaló que el aumento del consumo de frutas puede ayudar a desplazar los alimentos ricos en grasas saturadas, azúcares o sal. Por lo tanto, la ingesta de frutas y verduras ayuda a mantener un peso adecuado.
La Organización Mundial de la Salud (OMS), por su parte, aconseja ingerir porciones de 80 gramos de fruta al día. Un valor que es aproximado, ya que la cantidad óptima depende de diversos factores, entre ellos la edad, el sexo, el nivel de actividad física, el contexto cultural, los alimentos disponibles en el lugar y los hábitos alimentarios.
Sobre la misma línea, los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos indican que lo mejor es consumir la fruta en su estado natural en vez de bebidas y jugos, ya que los jugos carecen de la fibra de la fruta.
Además, es mejor comer la fruta, porque contiene la fibra adicional que ayuda a sentir satisfacción.
Para el especialista Salomón Jakubowicz, médico investigador en endocrinología y autor del libro Ni una dieta más, “al extraer el jugo de la fruta se obtiene agua con azúcar, porque las vitaminas y la fibra permanecen en la fruta. Aun sin añadirle, un vaso de jugo natural tiene diez cucharadas de azúcar, al igual que un refresco y ambos contienen fructosa”.
Agregó que se trata “del peor de los azúcares, el que más engorda, sube los triglicéridos, ácido úrico y causa diabetes. La fructosa y el alcohol, que también es un azúcar natural, comparten el mismo camino por el hígado, aumentan la grasa del abdomen y causan hígado graso”.
Beneficios de las frutas dependiendo del color
Los colores de las frutas y verduras suelen estar vinculados a los nutrientes y fitoquímicos que contienen, según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
Así las cosas, los beneficios son:
1. Rojos: Ayudan a cuidar el corazón y a prevenir problemas cardíacos.
2. Amarillos y naranjas: Contribuyen en la salud de los ojos y la piel.
3. Blancos y marrones: Mejoran la calidad de los huesos y las articulaciones. Tienen fitoquímicos con propiedades antivirales y antibacterianas y potasio.
4. Morados: Favorecen el cerebro y la salud mental. Tienen propiedades antioxidantes que pueden reducir los riesgos de cáncer, accidentes cerebrovasculares y enfermedades cardíacas.
5. Verdes: Promueven el funcionamiento de las células. Tienen fitoquímicos con propiedades anticancerígenas.
Como se sabe, las frutas y verduras son parte integral de una dieta saludable. No se puede hablar de una dieta saludable y dejar de lado estos alimentos.
De hecho, los nutricionistas recomiendan mezclar alimentos de distintos colores, porque así la persona asegura que toma diferentes tipos de nutrientes. Cuantos más colores haya en su dieta, más nutrientes va a tener un plato y, si son frescos, aún mejor.
De todos modos, antes de consumir algún alimento lo primero que hay que hacer es consultar al médico tratante o a un nutricionista para que sea este quien indique qué es lo más adecuado para cada persona.