El agua es uno de los principales componentes del cuerpo humano. Beber este líquido todos los días es una recomendación hecha por nutricionistas y médicos. Además, es importante mantenerse hidratado, en todo momento, incluso cuando se está en casa o trabajando.
“Las células, tejidos y órganos del cuerpo requieren del agua para sobrevivir”, así lo explica Nubia Bautista, subdirectora de Enfermedades no Transmisibles del Ministerio de Salud y Protección Social de Colombia. Así mismo, el agua hace posible todo lo siguiente:
- Elimina los desechos a través de la orina, la transpiración y las deposiciones.
- Mantiene la temperatura en niveles normales.
- Protege los tejidos sensibles.
El cálculo del requerimiento hídrico se debe ajustar a las características de cada persona. Beber dos litros de agua es una estimación recomendada para un adulto sano promedio; sin embargo, hay personas que no necesitan beber tanto, pues las frutas y verduras aportan la hidratación que necesitan a través de su consumo.
Algunos factores como el ejercicio, el entorno, la condición de salud, el embarazo y la lactancia pueden variar las cantidades de este líquido.
“La falta de agua puede provocar deshidratación, un trastorno que ocurre cuando no hay suficiente agua en el cuerpo para llevar a cabo las funciones normales. Incluso una deshidratación leve puede agotar su energía y causarle cansancio”, según la entidad sin ánimo de lucro Mayo Clinic.
Además, según el medio especializado Mejor con Salud, se considera que el mejor momento para tomar agua es en ayunas. Es posible consumir hasta cuatro vasos de agua antes de ingerir el desayuno. Sin embargo, lo importante es hacerlo lentamente.
El medio también indica que se puede beber antes de las comidas si el propósito es, por ejemplo, bajar de peso, ingerir menos comida o reducir la ansiedad.
Por otro lado, no se aconseja ingerir con la cena pues se mezclará con los jugos gástricos y “empeorará la digestión”, según indica Mejor con Salud. También, el medio Cliki Salud de la Fundación Carlos Slim, explica que ingerir agua por las noches puede interrumpir el sueño debido a las ganas de orinar.
Cabe resaltar que, si se supera el consumo de agua adecuado, puede resultar muy perjudicial para el cuerpo humano, pues se puede generar una dilución de sodio en la sangre, lo que puede llevar a una inflamación del cerebro y en los pulmones, así como a problemas cardíacos.
Lo anterior significa que beber mucha agua genera un descenso súbito de los niveles de sodio, por lo que las sales se disuelven en mayor cantidad de líquido, este penetra en las células y aumentan su tamaño.
Ante tal situación, el cuerpo empezará a tener problemas para expulsar el agua sobrante y, por lo tanto, el sistema urinario retendrá mucho más líquido del habitual. Esta afección, según Mayo Clinic, es conocida como hiponatremia.
Los síntomas de la enfermedad son náuseas y vómitos; dolor de cabeza; desorientación; pérdida de energía, somnolencia y cansancio; agitación e irritabilidad; debilidad, espasmos o calambres musculares; convulsiones; y en casos graves, se puede llegar a estar en estado de coma.
La hiponatremia, además de ser causada por beber demasiada agua, también puede ser el resultado de una enfermedad subyacente. Uno de los errores comunes de las personas es beber pequeños sorbos de agua a cada rato, sin regular la cantidad de líquido que se ingiere.
“Beber ocho vasos de agua al día” es una de los consejos que más es escuchado. Frente a esto, Mayo Clinic aclara que “la mayoría de las personas sanas logran mantenerse hidratadas si beben agua u otros líquidos cada vez que tienen sed. Algunas personas necesitan menos de ocho vasos diarios y otras, en cambio, más de esa cantidad”.