El atún es considerado, al igual que el salmón y la caballa, un pescado azul, rico en proteínas de alto valor biológico y en ácidos grasos omega-3, lo cual es beneficioso para disminuir el colesterol y los triglicéridos.
De esta manera se convierte en un alimento que puede ayudar a evitar enfermedades cardiovasculares, que están relacionadas con altos niveles de estos dos indicadores.
El atún es uno de los pescados con un aporte importante de ácidos grasos (entre 0,5 y 1 mg por 100 g) con lo que se reducen los riesgos de colesterol y triglicéridos altos.
Adicionalmente, ayuda a cuidar la masa muscular, debido a la fuerte presencia de proteína. Contiene los 10 aminoácidos que el cuerpo necesita para un buen desarrollo celular, mantener el sistema inmune saludable y reponer o ganar el tejido y masa muscular.
Igualmente, se destaca que contribuye a la protección de la piel, especialmente ante los efectos nocivos del sol, de manera que reduce las posibilidades de sufrir cáncer de piel.
La Vanguardia destacó, además, que este pescado tiene un gran efecto saciante, por lo que se aconseja incluirlo en las dietas de adelgazamiento y favorece un buen estado de ánimo, debido a sus componentes de omega-3, el selenio y las vitaminas B6 y B12.
Se destaca su valor nutricional por 100 gramos: 129 calorías, 54 miligramos de sodio, 527 miligramos de potasio, 0 gramos de carbohidratos y 29 gramos de proteínas.
Además, el atún es rico en vitaminas liposolubles A, D y del complejo B (B2, B3, B6, B9 y B12), superando incluso otras opciones como la carne, los quesos o los huevos; así mismo, en minerales como fósforo, potasio, magnesio, hierro y yodo. Esos aportes se mantienen aun cuando se consume presentado en lata.
“Estas propiedades se traducen en varios beneficios para la salud, por ejemplo, el fortalecimiento del sistema inmunológico, la prevención de diversas enfermedades, la reducción de colesterol malo (LDL) y triglicéridos, etcétera”, señaló, por su parte, el portal Gastrolab.
La presencia de omega-3 ayuda a desechar el colesterol malo (LDL), reduce los triglicéridos y aumenta los niveles de colesterol bueno (HDL), “lo que mejora el funcionamiento de las arterias, previene coágulos y trombos, previene la aparición de células cancerígenas y fortalece la salud cognitiva”.
En relación con el atún enlatado, al no perder ningún beneficio nutritivo, ayuda a fortalecer el sistema nervioso, previene y combate el sobrepeso y la obesidad, así como enfermedades derivadas.
Esos ácidos grasos contribuyen a reducir el riesgo de sufrir accidentes cardio y cerebrovasculares, aterosclerosis, hipertensión, hipercolesterolemia, hipertrigliceridemia, diabetes, sobrepeso y obesidad.
Las proteínas de alto valor biológico fortalecen el sistema inmune, ayudan a reponer y ganar masa y tejido muscular, además de reparar y producir otros tejidos e incluso prevenir el envejecimiento prematuro.
La presencia de vitaminas del complejo B ayuda a fortalecer el sistema nervioso central y a formar glóbulos rojos. Las vitaminas A y D contribuyen a prevenir enfermedades visuales, respiratorias, de la piel y mucosas, fortalecen los huesos, y regulan los niveles de calcio.
Finalmente, los minerales presentes en el atún se considera que juegan un papel importante en la salud ósea, regulan la glándula tiroidea, protegen de los rayos ultravioleta, “fortalecen la memoria y retrasan el deterioro cognitivo o la demencia, mejoran el estado de ánimo, entre otras ventajas”, detalló la publicación.
¿A qué hora se debe consumir?
Los especialistas han advertido que este producto se puede consumir a cualquier hora, lo importante está en la cantidad.
Temiendo en cuenta que tiene altos niveles proteínicos, se puede ingerir en cualquier momento. Incluso puede sustituir otras proteínas como carnes u otros productos animales. Esto, debido a sus grasas saludables y demás nutrientes.
Sin embargo, se debe tener en cuenta que es un pescado graso que tiende a acumular dosis mínimas de mercurio, que al ser consumidas en exceso, podrían afectar nuestra salud.
Por esa razón, la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA, por sus siglas en inglés) ha señalado que el consumo máximo de mercurio que puede tener una persona a la semana es de 1.3 microgramos por cada kilogramo de peso, “por lo que los expertos consideran que no pasarse de dos latas a la semana es lo idóneo”, enfatizó la portal.