Llegó la Semana Santa y tomar el sol en la playa o en la piscina se convierte en una de las actividades más apetecibles y cotidianas durante esta temporada. Sin embargo, hay que tener en cuenta que la exposición al sol no solo sirve para relajarse y obtener un bonito bronceado.

Si bien el sol es una de las principales fuentes de vitamina D, esencial para el correcto funcionamiento del organismo, esta vitamina resulta esencial en el proceso de absorción de minerales, como el calcio y el fósforo, por lo cual también es fundamental para la salud de los huesos, según el magazín El Mundo Deportivo, en su sección de belleza y salud,

Un estudio realizado por el VU University Medical Center (Holanda), afirma que esta favorece el cuidado de la piel y el aparato óseo. Además, influye en el fortalecimiento del sistema inmune, responsable de combatir posibles infecciones, y también resulta eficaz para mejorar la salud de la piel.

Ahora bien, existe una duda bastante común entre las personas que quieren tener ese color dorado en su cuerpo pero al mismo tiempo recibir dicha vitamina y evitar quedar como “un camarón”: ¿cuál es la hora ideal para broncearse y evitar quemaduras? Para empezar, hay que deshacerse de la idea de que se debe tomar el sol solo durante las vacaciones. Cualquier mes del año es un buen momento para reponer el cuerpo de energías.

Tomar el sol en la playa o en la piscina se convierte en una de las actividades más apetecibles y cotidianas durante esta temporada, | Foto: David Lees

¿Cuánto tiempo hay que tomar el sol para absorber la vitamina D?

  • Se deben tener exposiciones cortas, entre diez y 15 minutos diarios en climas calientes, estos serán suficientes para obtener la cantidad de vitamina que el cuerpo necesita.
  • No es necesario estar horas al sol, basta un breve paseo, disfrutando bajo sus cálidos rayos, para que el organismo sintetice la vitamina y obtenga sus beneficios.
  • Si la exposición dura mucho tiempo, se corre el riesgo de sufrir una insolación. Según afirma la Clínica Mayo este es un peligro que se debe evitar a toda costa, ya que las insolaciones pueden causar pérdida del conocimiento, caída de la presión arterial, mareos, vómitos y convulsiones.

La mejor hora del día

  • Médicos y dermatólogos aconsejan evitar las horas en las que el sol cae de forma perpendicular.
  • En realidad, lo más saludable para la piel es tomar el sol antes de las diez de la mañana o después de las cuatro de la tarde. O, dicho de otro modo, se desaconseja hacerlo durante las horas del mediodía.
  • Según un estudio realizado por la Universidad de Texas, en los días nublados el sol afecta de igual manera que cuando no hay nubes. En realidad, las radiaciones ultravioleta las traspasan; el 90 % de los rayos UVA llegan a las personas aunque esté el día nublado y pueden causar quemaduras o, a largo plazo, cáncer de piel.

El protector solar adecuado

  • Así como es importante ponerse el cinturón de seguridad al manejar, al tomar el sol es obligatorio usar siempre protector solar.
  • Además, no se deben olvidar otras partes del cuerpo como proteger la cabeza y los ojos. Para eso, se puede complementar con unas gafas de sol adecuadas y una gorra o sombrero, según el portal Mejor con Salud.

Alternar el sol con un baño

  • El agua del mar o de la piscina ayudan a hidratar la piel y ayudan a disminuir la temperatura corporal en poco tiempo. Además, al estar en movimiento también se evita que el efecto sea tan intenso.

Mantenerse hidratado

  • Cabe destacar que es muy importante estar bien hidratados a la hora de tomar el sol.
  • Lo ideal es beber mucha agua a pequeños sorbos espaciados, ya que el sol produce una deshidratación progresiva en el organismo.
  • Lo más práctico y recomendable es llevar una botella con agua fresca, aunque tampoco demasiado fría. (También se pueden alternar con zumos, limonada, entre otros).