La vitamina K es necesaria para formar coágulos y detener los sangrados; este componente se obtiene, en su mayoría, de los alimentos que se consumen. Además, las bacterias buenas que viven en los intestinos también producen vitamina K, así lo explicó los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos.
Dentro de la vitamina K la más importante es la K1, la cual esta presente en algunas verduras, en especial, en las de hoja verde como las espinacas, el brócoli, los coles, los repollos, la acelga, entre otros. La vitamina K2 se sintetiza en las bacterias como por ejemplo, en la flora intestinal; sin embargo, el organismo solo absorbe una pequeña cantidad que no es suficiente para cubrir las necesidades diarias.
El portal de ESPN en su sección de salud y cuidado personal menciona que la deficiencia de vitamina K trae problemas en la coagulación de la sangre generando hemorragias, fragilidad capilar, sangre en la orina, entre otras sintomatologías.
Este componente también ayuda al cuerpo a construir huesos y tejidos saludables a través de las proteínas; ya que produce algunas que aportan al proceso de coagulación de la sangre. Los recién nacidos tienen poca cantidad de vitamina K; por lo general, se les suministra una vacuna de la misma pocas horas después de su nacimiento. Los bebés en especial los que son amamantados son los más propensos a tener carencias de esta vitamina, según explicó el portal de medicina y salud Medlineplus
¿Qué es el sangrado por deficiencia de vitamina K?
Ante la deficiencia de la vitamina los bebés no pueden parar de sangrar, debido a que no cuentan con lo componentes necesarios en la sangre para que se produzca un coágulo. El sangrado puede surgir en cualquier parte del cuerpo y puede ser interna o externa. Por lo general, el bebé que tenga este tipo de afecciones sangrará en el cerebro o los intestinos, provocando un daño cerebral e incluso la muerte.
Los bebés que no reciben al nacer una inyección con esta vitamina tendrán riesgo de presentar un sangrado por deficiencia de esta vitamina en cualquier momento y hasta los 6 meses de edad.
¿Por qué los bebés tienen más riesgo de presentar deficiencia de vitamina K?
- Al nacer, los bebés tienen muy poca vitamina K almacenada en el cuerpo porque a través de la placenta de la madre solo pasan pequeñas cantidades.
- Las bacterias buenas que produce la vitamina K todavía no están presentes en los intestinos del bebé.
- La leche materna contiene pequeñas cantidades de vitamina K; por ese motivo, los bebés que solo son amamantados no reciben una cantidad suficiente de esa vitamina.
- Los bebés de madres que han usado ciertos medicamentos, como isoniacida o medicinas para tratar convulsiones. Estos fármacos interfieren en la forma que el cuerpo usa la vitamina K.
- Los bebés que tienen una enfermedad del hígado; con frecuencia, no pueden usar la vitamina K que su cuerpo almacena.
- Los bebés con diarrea, enfermedad celíaca o fibrosis quística frecuentemente tienen dificultad para absorber vitaminas, como la vitamina K, de los alimentos que consume.
Señales de alarma
El sangrado por deficiencia de vitamina K se puede prevenir, para ello, los CDC, recomiendan suministrar una inyección que contenga esta vitamina en el momento del nacimiento del menor.
- Moretones, especialmente en la cabeza y la cara del bebé.
- Sangrado de la nariz o del cordón umbilical.
- Color de la piel pálido y fuera de lo habitual. En el caso de bebés con piel más oscura, las encías pueden verse pálidas.
- Después de las primeras 3 semanas de vida, la parte blanca de los ojos del bebé se pueden poner amarillas.
- Heces que contengan sangre, sean negras u oscuras y pegajosas (también llamadas “heces alquitranosas”), o vómitos con sangre.
- Irritabilidad, convulsiones, sueño excesivo o muchos vómitos pueden ser signos de un sangrado en el cerebro.