El cerebro es el órgano más graso del cuerpo y también es el centro de todas las operaciones que efectúa el mismo, pues es el que recibe los estímulos de sensaciones y envía al resto del organismo las órdenes sobre cómo deba reaccionar; por eso es muy importante nutrirlo bien, ya que esto evitará posibles enfermedades.
Esto se logra alimentándose correctamente, debido a que de lo que se consume no solo se nutre el cerebro, sino también el resto del cuerpo y así se garantiza un correcto funcionamiento; es decir que en la dieta se deben incluir alimentos como pescado, frutas, entre otros, por su aporte a la salud.
Entre algunas de las recomendaciones para mantener el cerebro sano que se encuentran al alcance de un clic, afirma Fundación Pascual Maragall, están: seguir una dieta mediterránea; eliminar el tabaco; vigilar la obesidad, el colesterol y la diabetes; mantener la actividad intelectual, por mencionar unas cuantas.
La dieta mencionada, según Mayo Clinic, incluye: alimentos de origen vegetal, como cereales integrales, verduras, legumbres, frutas, frutos secos, semillas, hierbas y especias. El aceite de oliva es la principal fuente de grasa agregada.
Aquí una receta que contiene nutrientes para el cerebro:
Por otro lado, muchos estudiosos afirman que las vitaminas del grupo B desarrollan una función clave en garantizar que el cerebro alcance todo su potencial. Según el portal del laboratorio Bayer, dichas vitaminas brindan energía, mantienen el optimismo y la concentración cada día, mientras que ayudan a promover la salud del cerebro a largo plazo a medida que se envejece.
Así las cosas, la vitamina B12 es un nutriente que ayuda a mantener la salud de las neuronas y la sangre. Sumado a esto, contribuye a la formación del ácido desoxirribonucleico (ADN), el material genético presente en todas las células; y ayuda a prevenir la anemia megaloblástica, un trastorno de la sangre que causa cansancio y debilidad, según Ods Nih.
Esta es absolutamente necesaria, pues Bayer, lo explica de manera comprensible, tomando como ejemplo a los axones. Que son como el silicio de los microchips, o sea que son el cableado que permite que las señales viajen por el cerebro, de neurona en neurona.
Sin embargo, son delicados y por ello requieren de un revestimiento protector, como el plástico que recubre los cables eléctricos. Este revestimiento está hecho de una sustancia llamada mielina, producida con la ayuda de la vitamina B12. Si la mielina se daña, los axones funcionan a la mitad y pueden causar síntomas como mareos, entumecimiento e incluso, pérdida de visión.
Además de esta, las vitaminas B6 y B9 ayudan a metabolizar la homocisteína, reduciendo la concentración de este aminoácido en el torrente sanguíneo, lo que posiblemente ayude a prevenir daños a largo plazo en el tejido cerebral.
Dicho aminoácido se encuentra naturalmente en la sangre y se encarga en gran parte del metabolismo. Pero una concentración elevada de este aminoácido en la sangre resulta tóxica y daña los vasos sanguíneos del cerebro que son vulnerables. Algunos estudios indican que niveles altos de homocisteína se asocian a daño cerebral y deterioro cognitivo y de la memoria, según lo registra Bayer.
Por otro lado, en la web de Supradyn aseguran que la vitamina C es importante debido a que está implicada en la producción de ciertos neurotransmisores. Uno de estos neurotransmisores controla la atención y las acciones de respuesta. Por lo que ayudará a el cerebro a funcionar correctamente.
Sus propiedades desintoxicantes ayudan a luchar contra posibles contaminantes y el estrés oxidativo. Está presente en espinaca, fresas, kiwis, naranjas, entre otros cítricos.
Y añaden que el Zinc también es indispensable, ya que este mineral es especialmente abundante en el cerebro y es esencial para las funciones cognitivas. Algunos alimentos que contienen zinc son por ejemplo la carne, semillas de calabaza, anacardos y garbanzos.