La fatiga muscular está relacionada con la incapacidad o falta de fuerzas para que una persona pueda realizar determinada actividad. Se puede presentar cuando se somete el cuerpo a un esfuerzo muy intenso y los músculos dejan de tener la fuerza suficiente para continuar.
Normalmente los síntomas se evidencian porque hay un agotamiento extremo de las fibras musculares mientras la persona está realizando una actividad física intensa. Algunas de las principales señales de la fatiga muscular son el dolor en las articulaciones, respiración acelerada e irregular, aumento del ritmo cardíaco, falta de coordinación y de fuerza, ansiedad y sensación de incomodidad, pesadez y rigidez muscular y debilidad general.
De acuerdo con los expertos, dentro de las posibles causas están niveles de calcio insuficientes, acumulación de ácido láctico, falta de hidratación, mala alimentación, presencia de lesiones musculares, sobreentrenamiento, falta de sueño o el consumo de bebidas alcohólicas y tabaco.
Información del portal Mejor con Salud indica que en el caso de que la fatiga esté causada por el ejercicio o por un esfuerzo superior al habitual, es muy importante permitir que los músculos descansen y se recuperen.
Lo ideal es esperar entre 24 y 48 horas para volver a entrenar y, en ese tiempo, procurar dormir bien y no realizar actividades físicas. También es fundamental estirar los músculos durante 15 segundos mientras se acompaña con la respiración.
Cuando el cansancio muscular se produce debido al entrenamiento, los especialistas recomiendan aplicar la terapia de frío y calor durante 10 minutos. Cuando se presenta inflamación, lo ideal es utilizar solo hielo.
Hay diferentes suplementos naturales que ayudan a contrarrestar la fatiga muscular, pero según el portal según el portal La Bolsa del Corredor, la vitamina C es el mejor nutriente para evitar la fatiga muscular, dado que, le ayuda al cuerpo a absorber el hierro de los alimentos, lo cual evita la anemia y las molestias por el cansancio muscular.
Funciones de la vitamina C
La vitamina C se necesita para el crecimiento y reparación de tejidos en todas las partes del cuerpo y el organismo la utiliza para:
- Formar proteínas importantes que se utilizan para producir la piel, los tendones, los ligamentos y los vasos sanguíneos
- Sanar heridas y formar tejido cicatricial
- Reparar y mantener el cartílago, los huesos y los dientes
- Ayudar a la absorción del hierro
La vitamina C es uno de muchos antioxidantes, nutrientes que trabajan para bloquear parte del daño causado por los radicales libres, los cuales se producen cuando el cuerpo descompone el alimento o si la persona está expuesta al humo del tabaco o a la radiación.
Los expertos aseguran que la acumulación de radicales libres con el tiempo es ampliamente responsable del proceso de envejecimiento y, además, pueden jugar un papel clave en el desarrollo de enfermedades como cáncer, padecimientos del corazón y los trastornos inflamatorios como la artritis, según la Biblioteca de Medicina.
La cantidad diaria recomendada de vitamina C es de 75 miligramos (mg) al día para las mujeres y 90 miligramos para los hombres, según el instituto de investigación Mayo Clinic. Durante el embarazo, se recomiendan 120 miligramos cada día. El límite máximo para todos los adultos es de 2.000 miligramos diarios.
Si bien los expertos aseguran que es poco probable que un exceso de vitamina C en la alimentación sea perjudicial, grandes dosis de suplementos de la misma sí pueden causar algunos efectos secundarios como los siguientes:
- Diarrea
- Náuseas
- Vómitos
- Acidez estomacal
- Calambres estomacales (abdominales)
- Dolor de cabeza