De acuerdo con información de la enciclopedia médica MedlinePlus, el cáncer se presenta cuando el material genético de una célula cambia, provocando que las células crezcan fuera de control. Así mismo, señala que existen numerosos tipos de cáncer, pues esta enfermedad puede aparecer en casi cualquier órgano o tejido del cuerpo humano.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) resalta que el cáncer es la principal causa de muerte en todo el mundo. De hecho, menciona que, en 2020, se atribuyeron a esta enfermedad casi 10 millones de defunciones.
En cuanto a los síntomas del cáncer, estos varían en función de la parte del cuero donde se presente. De manera general, Mayo Clinic reseña los siguientes: Fatiga, bulto o zona de engrosamiento que puede palparse debajo de la piel, cambios de peso (aumentos o pérdidas de peso no intencionales), cambios en la piel (pigmentación amarillenta, oscurecimiento o enrojecimiento), llagas que no se curan o cambios en los lunares existentes.
Dentro de los síntomas comunes también figuran los cambios en los hábitos de evacuación de la vejiga o los intestinos, tos persistente o dificultad para respirar, dificultad para tragar, ronquera, indigestión persistente o malestar después de comer, dolor muscular o articular persistente (sin causa aparente), fiebre o sudoraciones nocturnas persistentes, sangrado o hematomas (también sin causa aparente).
Teniendo en cuenta los múltiples síntomas que están asociados al cáncer, es importante realizarse chequeos médicos con frecuencia y acudir a un profesional de la salud ante cualquier señal de alarma. De igual manera, en caso de que no haya signos o síntomas, pero exista la preocupación del riesgo de padecer cáncer, Mayo Clinic sugiere mantener activos los canales de comunicación con los doctores, de manera que se brinden detalles sobre procedimientos y exámenes de detección.
¿Qué papel juega la vitamina D en la prevención del cáncer?
De acuerdo con información del Instituto Nacional del Cáncer, el cual forma parte del National Institutes of Health, “vitamina D es el nombre que se ha dado a un grupo de prohormonas solubles en grasa (sustancias que generalmente tienen poca actividad hormonal por sí mismas, pero que el cuerpo puede convertir en hormonas)”.
Adicionalmente, destaca que la vitamina D ayuda al cuerpo a usar el calcio y el fósforo para mantener los huesos y dientes fuertes. “La piel expuesta a los rayos del sol puede producir vitamina D, y la vitamina D puede obtenerse también de algunos alimentos. La falta de vitamina D puede causar debilidad de los huesos, que se llama raquitismo en los niños y osteomalacia en los adultos”, anota la fuente consultada.
Si bien la mayoría de las personas obtiene cierta cantidad de vitamina D a partir de la exposición a la luz del sol, vale la pena obtenerla también de la comida. Algunos alimentos que aportan este nutriente son el pescado graso, el aceite de hígado de pescado y los huevos.
La conexión entre la vitamina D y la prevención del cáncer surge a partir de la investigación epidemiológica citada por el Instituto Nacional del Cáncer. Puntualmente, dicho estudio mostró que “los índices de incidencia y de mortalidad por algunos cánceres eran más bajos en los individuos que viven en las latitudes del sur, en donde los grados de exposición a la luz solar son relativamente altos, que en quienes viven en las latitudes del norte. Ya que la exposición a los rayos ultravioleta de la luz solar conduce a la producción de vitamina D, los investigadores formularon hipótesis de que la variación de las concentraciones de vitamina D pudiera ser responsable de esta asociación”.
No obstante, el Instituto Nacional del Cáncer también precisa que se requiere mayor investigación para determinar si las concentraciones más altas de vitamina D tienen relación con índices más bajos de incidencia o de mortalidad por cáncer.
Hasta el momento, algunos estudios epidemiológicos han investigado si la gente con un consumo más elevado de vitamina D o concentraciones más altas en su organismo tienen riesgos menores padecer algunos tipos de cáncer. Sin embargo, el Instituto anota que sus resultados han sido “incongruentes”.
“Es posible que la gente que tiene un consumo más alto de vitamina D o concentraciones más altas de vitamina D en la sangre tenga más probabilidad de seguir otras conductas saludables. Puede ser una de esas otras conductas, más que el consumo de vitamina D, la que influye en el riesgo de cáncer”, expone el Instituto Nacional del Cáncer en su página web.