Los motivos por los que una persona puede querer intervenir su peso están, usualmente, ligados a temas de bienestar, dentro de los que pueden tener cabida el aspecto físico de su cuerpo, su percepción de sí misma, la necesidad de recuperar la vitalidad de sus movimientos -es decir, su calidad de vida- y temas sociales.

Entre las recomendaciones que se imparten desde la medicina, una de las principales razones para iniciar un tratamiento con el fin de reducir el peso de un paciente es la de evitar enfermedades como diabetes, hipertensión y afecciones cardiovasculares, así como el colesterol alto.

Sin embargo, uno de los factores que no siempre son tenidos en cuenta como motivo principal para emprender este proceso es el factor de la salud mental, que además de ser pieza clave en el desarrollo psicosocial de una persona, es fundamental para entender la relación que las personas tienen con la comida y las acciones que las pueden estar llevando al sobrepeso.

La obesidad no siempre parte de factores físicos propiamente, sino de otros aún más complejos como la ansiedad o la depresión, que pueden tener incidencia en la forma en que las personas se alimentan y relacionan con la comida.

Según la Asociación Americana de Psicología (APA, por sus siglas en inglés), “las causas de la obesidad rara vez se limitan a factores genéticos, al comer en exceso por periodos prolongados, o a un estilo de vida sedentario. Lo que hacemos y no hacemos a menudo se deriva de cómo pensamos y nos sentimos”.

“Por ejemplo, sentimientos de tristeza, ansiedad o estrés a menudo llevan a las personas a comer más de lo usual. Sin embargo, a menos que actúe para enfrentar estas emociones, estas estrategias a corto plazo pueden ocasionar problemas a largo plazo”, agrega la APA.

De hecho, algunos estudios que se han hecho en personas con sobrepeso, han revelado que la relación entre la ansiedad y la obesidad está mucho más marcada que la que puede haber entre esta última y la depresión.

Comer alimentos grasos no necesariamente provocan acné. | Foto: Getty Images

En esa línea, los profesionales en salud mental juegan un rol fundamental y activo dentro de los programas de pérdida de peso, pues su trabajo se enfoca en generar una alianza terapéutica positiva entre lo físico y lo mental, ofreciendo una atención humanizada, basada en la empatía, que en un comienzo busca identificar los factores psicológicos que pueden tener relación con su condición e intervenir el estigma que genera el sobrepeso y la obesidad.

¿Cómo controlar la mente para lograr resultados duraderos?

El doctor Juan Carlos Alba, médico psiquiatra con maestrías en discapacidad y dependencia, manejo del dolor y mindfulness, plantea en primer lugar la implementación de técnicas psicoterapéuticas, como la entrevista motivacional o la terapia conductual, cuya evidencia científica sustenta su efectividad para reforzar y mantener la decisión de perder peso, fortalecer la autoestima y cambiar o generar hábitos de vida más saludables y perdurables.

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Este proceso incluye acciones que le puedan ayudar al paciente a saber cómo actuar frente a los antojos, reconocer la influencia de las emociones, los pensamientos y el estrés en la alimentación, así como generar rutinas de actividad física y mejorar la calidad del sueño, con base en la situación de cada uno de ellos.

Antes de ir a “picar” algo, la recomendación que hacen los expertos es preguntarse si se va a comer porque realmente tiene hambre o si hay otra razón escondida.

De acuerdo con el experto, cuando una persona emplea esta técnica de atención plena como una herramienta en el proceso de la alimentación saludable, es capaz de comer de forma moderada y a la vez disfrutar de la comida.

“El cerebro siempre es un aliado de la pérdida de peso. Él siempre quiere estar bien y quiere tener una relación saludable basada en la coherencia entre estar bien y sentirse bien. Es erróneo pensar que no quieren adelgazar, que son perezosos o que no lo hacen por baja autoestima”, aclara el médico Alba.

Como un segundo punto, el experto plantea la necesidad de cambiar el modelo de atención centrado exclusivamente, para llegar a uno en donde se incluya a la familia y el contexto social, como puntos de apoyo vitales durante el proceso.

De acuerdo con la psicóloga Johanna Rueda, dentro de este proceso es importante trabajar en el entorno de la persona que emprenda la pérdida de peso, pues en ocasiones los pacientes reciben de sus familiares y amigos respuestas negativas que, en lugar de servir como apoyo, pueden generar un entorno mucho más de juicio, que termina por aislar a la persona en su trastorno.

La importancia del manejo integral y multidisciplinario

De acuerdo con la doctora Sandra Núñez, vocera de La Verdad De Su Peso, en el marco de la obesidad y el sobrepeso intervienen muchos factores de salud que también es necesario trabajar, y debe hacerse de forma multidisciplinaria para no centrarse solo en la esfera física.

Allí, el concepto de manejo integral toma especial relevancia, ya que analizar las causas de la obesidad y el sobrepeso, desde varias perspectivas, permitirá un mejor abordaje del problema.

Cuidar la salud por medio de la alimentación es lo más recomendado por expertos. Foto: Getty Images. | Foto: Peter Dazeley

“La clave está en llevar a cabo una intervención interdisciplinaria, en la que se maneje el cuadro del paciente desde un enfoque integral, y así atacar el origen del estigma de la obesidad, que radica principalmente en sentirse juzgado por atribuir el sobrepeso al descuido, cuando la obesidad va mucho más allá del estado físico per se”, apunta Rueda.

Dependiendo del cuadro que se presente, el equipo encargado del tratamiento puede estar conformado por:

  • Médico internista o endocrinólogo.
  • Nutricionista.
  • Psicólogo.
  • Fisioterapeuta.

En este punto, las personas pueden experimentar depresión, ansiedad y trastornos alimenticios que requieren un abordaje desde la psiquiatría, para que el paciente sane mentalmente y pueda llevar una vida saludable que por añadidura le permita bajar de peso.

El psicólogo, quien es formado en salud mental, o el psiquiatra, con formación en medicina, acompañan al paciente en el proceso de pérdida de peso, y dan herramientas cognitivas comportamentales como parte de la estrategia.

Para la magíster en psicología clínica, Sandra Remolina, la importancia de acompañar a los pacientes en el proceso de pérdida de peso radica en que mientras la persona va ganando estabilidad es mucho más fácil que pueda tener recaídas en las que todo el esfuerzo resulte contraproducente.

“Más que un acompañamiento, el profesional debe brindar seguridad, que la persona se sienta segura de sí misma, se empodere y se valide a sí misma. Y a través de un acompañamiento psicoeducativo pueda adquirir nuevos hábitos que le permitan afianzar el cambio que haya logrado”, asevera la experta.