El párkinson es una de las condiciones que suelen asociarse con la vejez, aunque cabe decir que no todos los adultos mayores la experimentan. Las señales de alerta de esta enfermedad, como sucede con el Alzhéimer, se van presentando gradualmente, hasta que se agravan y terminan afectando la movilidad de las personas.
Como detalla la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos, Medline Plus, el párkinson no es una afección que se produzca directamente en la estructura ósea y muscular, que es la que le brinda soporte y movimiento al cuerpo, sino que se trata de un trastorno que se origina en las neuronas, cuando estas pierden su capacidad de producir dopamina.
Si bien se suele relacionar a esta hormona con la felicidad, no es la única función que cumple en el organismo, por lo que su deficiencia puede conducir a otros malestares. Así pues, cuando se presenta una baja cantidad de dopamina, se corta la comunicación adecuada con los músculos. A la larga, esto se traduce en problemas para tener control completo sobre los movimientos, la coordinación y el equilibrio del cuerpo.
Algunas investigaciones han encontrado que ciertos nutrientes pueden tener propiedades beneficiosas para tratar esta enfermedad, inclusive para prevenir o retrasar su aparición, como es el caso de la vitamina B12.
El ser humano requiere seis nutrientes esenciales para su rendimiento, estos son el agua, las proteínas, las grasas, los carbohidratos, los minerales y las vitaminas. Estos últimos se necesitan en cantidades pequeñas y por eso se clasifican como micronutrientes.
La familia de las B es un complejo de vitaminas que se reconocen por su efecto positivo para la obtención de energía, pero también tienen otros usos dentro del organismo. Precisamente, desde el blog del Centro de Medicina Neuro-Regenerativa explican que hay estudios que han asociado a la vitamina B12 con la prevención del párkinson.
Uno de estos trabajos demostró que los malestares propios del párkinson, como el desequilibrio, aparecieron más temprano en los pacientes (del grupo de estudio recién diagnosticados con este trastorno) que presentaban deficiencia de vitamina B12. A partir de estos datos, se determinó que, por el contrario, el suplemento de esta vitamina podría favorecer el alivio y retraso de los síntomas de esta condición, sin decir que sería una cura definitiva, puesto que se requiere ahondar más en los resultados.
La Oficina de Suplementos Dietéticos de los Institutos Nacionales de Salud, este micronutriente es necesario para la conservación de las neuronas, cuyo daño, como se explicó antes, es el que antecede a la enfermedad de párkinson. Además, detalla esta unidad que esta vitamina está involucrada en la formación del ADN.
Dependiendo de la edad, el sexo y otras condiciones de salud, la cantidad sugerida de este nutriente al día puede variar. En el caso de los adultos mayores de 18 años, se aconseja que consuman 2,4 mcg de vitamina B12 a diario, bien sea por medio de los alimentos o sirviéndose de suplementos, esto bajo observación médica.
En el caso de las mujeres que se encuentren en estado de embarazo o sean lactantes, se sugiere una cantidad un poco mayor: 2,6 mcg para gestantes y 2,8 mcg para quienes alimentan a sus bebés.
Hay que decir que este nutriente se encuentra en la composición de varias proteínas, como la carne y el hígado de res, la carne de pollo y otras aves, así como en el pescado. La leche y sus derivados también son fuente de esta vitamina.
De ninguna manera, este artículo constituye una recomendación médica profesional, por lo que se aconseja seguir el tratamiento indicado por el especialista y consultar la posibilidad de complementarlo.