El cansancio normalmente es la respuesta al esfuerzo físico, estrés emocional, al aburrimiento o a la falta de sueño. Se trata de un síntoma común y por lo regular no se debe a una enfermedad seria. Sin embargo, también puede ser un signo de un trastorno físico o mental más grave, precisan los expertos del instituto de investigaciones clínicas Mayo Clinic.

Cuando el cansancio o la fatiga no se alivian con dormir bien, nutrirse adecuadamente o tener un ambiente de bajo estrés deben ser evaluados por un especialista con el fin de descartar posibles causas más complejas, pues en ocasiones puede relacionarse con depresión y descontroles emocionales.

También puede esconder otras patologías como insuficiencia hepática, anemia, enfermedades cardiovasculares, cáncer, enfermedades del sistema respiratorio, síndrome de fatiga crónica, fibromialgia, tiroides y trastornos del sueño, según información del portal Mejor con Salud.

Las causas más habituales del cansancio físico y mental son, entre otras, las jornadas extensas de trabajo, la práctica de ejercicios de manera intensa, no dormir las horas adecuadas o trastornos del sueño, abusar de diuréticos, tranquilizantes y laxantes, déficit de vitaminas o proteínas, convalecencia por enfermedad o cirugía. mala alimentación, fumar, obesidad, estrés y enfermedades como diabetes, fibromialgia, cáncer, hepatitis o hipotiroidismo.

De acuerdo con los especialistas, los mejores alimentos contra el cuerpo cansado son las carnes magras, el pescado azul, los huevos, las legumbres, los vegetales, los frutos secos y beber agua de calidad con frecuencia.

Las vitaminas juegan un papel clave para ayudar a superar el cansancio físico y mental. Las vitaminas del grupo B (B1, B2 y B3, entre otras) son especiales para aportar al metabolismo energético normal y a reducir el cansancio y la fatiga; mientras que la vitamina C actúa como antioxidante, protegiendo las células frente al daño oxidativo.

Buenas para generar energía

La vitamina B1 o tiamina, ayuda a las células del organismo a convertir carbohidratos en energía. Es clave porque estos compuestos ayudan a suministrar energía al cuerpo, especialmente al cerebro y al sistema nervioso, precisa la biblioteca médica MedlinePlus.

Esta vitamina se encuentra en productos integrales, enriquecidos y fortificados como el pan, los cereales, el arroz, la pasta y la harina; el germen de trigo, la carne de res y de cerdo; la trucha y atún de aleta azul; los huevos; las legumbres y arvejas y las nueces y semillas.

La vitamina B2 o riboflavina, por su parte, ayuda a la liberación de energía de las proteínas, lo que favorece la reducción del cansancio. Se puede hallar en productos lácteos, huevos, hortalizas de hoja verde, carnes magras, legumbres, leche y nueces.

En el caso de la vitamina B3 está indicada para casos de cansancio por alta actividad física y deportiva. Es importante para transformar los alimentos en energía.

Otra vitamina clave para ayudar a eliminar el cansancio o la fatiga es la C. Es ideal para fortalecer el sistema inmunológico y evitar afecciones, por ejemplo, como la anemia que es una posible causa de la fatiga en algunas personas.

Esta vitamina se necesita para el crecimiento y reparación de tejidos en todas las partes del cuerpo. Se utiliza para formar una proteína importante utilizada para producir la piel, los tendones, los ligamentos y los vasos sanguíneos, sanar heridas y formar tejido cicatricial, reparar y mantener el cartílago, los huesos y los dientes y ayudar a la absorción del hierro.

Sube las defensas

La vitamina C es uno de muchos antioxidantes. Los antioxidantes son nutrientes que bloquean parte del daño causado por los radicales libres, que se producen cuando el cuerpo descompone el alimento o cuando la persona está expuesta al humo del tabaco o a la radiación, precisa MedlinePlus.

El cuerpo no puede producir la vitamina C por sí solo, ni tampoco la almacena. Por lo tanto, es importante incluir en la dieta diaria muchos alimentos que la contengan. Todas las frutas y verduras contienen alguna cantidad de vitamina C. Destacan el melón, frutas cítricas, kiwi, mango, papaya, piña, fresas, frambuesas, moras y arándanos y la sandía.

Por su parte, las verduras que contienen vitamina C incluyen: brócoli, coles de Bruselas y coliflor, pimientos rojos y verdes, espinaca, repollo, nabos verdes y otras verduras de hoja, papa y tomates, entre otras.