El acné es un trastorno de la piel que se presenta cuando los folículos pilosos se tapan con grasa y células cutáneas muertas. Puede causar puntos blancos, negros o granos.
Esta afección es más común entre los adolescentes, aunque afecta a personas de todas las edades. El instituto de investigación clínica Mayo Clinic indica que si bien hay tratamientos que pueden eliminarlo, se trata de un padecimiento persistente.
“Los granos y erupciones cicatrizan lentamente, y cuando uno empieza a desaparecer, otros parecen aflorar”, asegura. Según su gravedad, el acné puede causar afectaciones desde el punto de vista emocional y dejar cicatrices en la piel.
Las causas de la aparición del acné pueden ser variadas e incluyen el exceso de producción de materia grasa, folículos pilosos obstruidos por materia grasa y células muertas de la piel, bacterias e inflamación.
Estos molestos granos suelen aparecer en la cara, la frente, el pecho, la parte superior de la espalda y los hombros debido a que estas áreas de la piel tienen la mayor cantidad de glándulas sebáceas y folículos pilosos están conectados a estas.
Dado que una de las causas de la aparición del acné son las bacterias, una investigación publicada en la revista médica Journal of Investigative Dermatology evalúo cuáles son las que generan estas afectaciones.
El estudio realizado por investigadores de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA), determinó que la culpable de esta afección es la llamada bacteria del acné, la cual puede contener cepas ‘malas’ o ‘buenas’. En el primer caso, causan granos y, en el segundo, no sólo no los generan sino que ejercen un papel protector de la piel.
En estudios anteriores, ya se había descubierto que existe un microbio (Propionibacterium acnes) que tiene una influencia directa en la aparición del acné. Este se desarrolla en la parte más profunda del poro y cuando agrede al sistema inmune se originan las espinillas.
En este caso particular, los científicos analizaron el comportamiento en 101 personas voluntarias, de los cuales 49 tenían granos en la nariz y el resto mostraba una piel sana. Encontraron tres cepas de Propionibacterium acnes distintas implicadas en este proceso.
“Dos aparecieron en uno de cada cinco voluntarios con acné y muy pocas veces se manifestó en personas con la piel clara”, indica un artículo publicado en el diario El Mundo, de España, el cual cita a Noah Craft, dermatólogo y director del centro de investigación inmunoterapia de la mencionada universidad.
Por otro lado, los investigadores descubrieron una tercera cepa que es común en la piel sana y que rara vez se presenta en las personas con acné. La diferencia se da, de acuerdo con los resultados del estudio, en que las personas con acné suelen tener una o dos de las cepas ‘malas’ y quienes tienen una piel sana poseen solo una que es ‘buena’.
Las conclusiones, según los científicos, permitirán el desarrollo y análisis de productos que puedan ayudar a contrarrestar las afecciones causadas por la mencionada bacteria.
¿Qué empora el acné?
Algunos de los factores que pueden desencadenar o empeorar el acné, según los espcialistas son:
- Cambios hormonales. Los andrógenos son hormonas que aumentan en los jóvenes durante la pubertad y que hacen que las glándulas sebáceas se agranden y produzcan más sebo. Los cambios hormonales durante la madurez, especialmente en las mujeres, también pueden provocar brotes.
- Ciertos medicamentos. Los ejemplos incluyen medicamentos que contienen corticosteroides, testosterona o litio.
- Alimentación. Los estudios indican que el consumo de determinados alimentos, incluidos aquellos ricos en carbohidratos, como el pan y las papas fritas, puede empeorar el acné. Se necesitan más estudios para evaluar si las personas con acné se beneficiarían con algunas restricciones específicas de alimentación, precisa Mayo Clinic.
- Estrés. El estrés no causa acné, pero, si ya la persona lo padece, puede emporarlo.