La vitamina A es uno de los nutrientes más importantes para el organismo, por lo que carecer de ella implica una serie de consecuencias para la salud.

Teniendo en cuenta la información de Manual MSD, portal de especialistas de salud internacionales, hay que tener en cuenta que la ingestión inadecuada del nutriente puede causar una absorción negativa de las grasas y trastornos hepáticos. Además, se deja al organismo expuesto ante otras enfermedades por debilitar al organismo.

¿Para qué sirve la vitamina A? Los expertos señalan que es necesaria para la formación de rodopsina, un pigmento responsable de ser un fotorreceptor en la retina. Del mismo modo, ayuda a mantener la vitalidad en los tejidos epiteliales, conservar la estabilidad de los lisosomas y sintetizar las glucoproteínas.

El pescado es una de las mejores fuentes de vitamina A.

Con lo que respecta a las fuentes de vitamina A, los expertos recomiendan el aceite de hígado de pescado, hígado, yemas de huevo, manteca y productos lácteos fortificados. Asimismo, el beta-caroteno y otros precursores carotenoides presentes en las verduras de hojas verdes y en los vegetales amarillos, las zanahorias y las frutas de color intenso, también son otras buenas opciones para vitamina A; aunque son de mejor cantidad que los primeros alimentos.

En condiciones normales, el hígado almacena el 80 % de la vitamina A del organismo para que luego sea implementada en todo el cuerpo de diferentes maneras.

Ahora bien, una deficiencia de vitamina A implica en un deterioro para la salud. Cuando esta condición se presenta de forma prolongada, puede no generar casos de ceguera, la cual puede ser más notable en pacientes menores de edad.

La deficiencia de vitamina A genera ceguera. | Foto: Libre de derechos

En cambio, cuando se habla de deficiencia secundaria, puede acontecer por dos motivos: disminución de la biodisponibilidad de carotenoides e interferencia en la absorción, almacenamiento y transporte de vitamina.

Cuando la ingesta de vitamina A se ve afectada por la interferencia en la absorción, las condiciones que pueden presentarse son: enfermedad celiaca, fibrosis quística, insuficiencia pancreática, derivación duodenal, diarrea crónica, obstrucción biliar, giardiasis, desnutrición calórica - proteica y cirrosis.

La insuficiencia de adaptación de los ojos a la oscuridad, que puede causar ceguera nocturna, es uno de los síntomas tempranos de la deficiencia de vitamina A. En consecuencia, cabe la posibilidad de desarrollarse xeroftalmía, la cual es una sequedad y engrosamiento de la conjuntiva y córnea, desembocando en una pérdida de la visión.

Es más probable tener sarampión por la carencia de vitamina A. | Foto: Getty Images

En los casos avanzados de deficiencia, la córnea se vuelve opaca y pueden formarse erosiones, que pueden llevar a su destrucción paulatina. Adicionalmente, la descamación y engrosamiento folicular puede desembocar en infecciones respiratorias y dérmicas.

Cuanto más joven es el paciente, más graves son los efectos de la deficiencia de vitamina A. El retraso del crecimiento y las infecciones son comunes entre los niños. Por lo tanto, la tasa de mortalidad tiende a ser mayor en los menores de edad.

La deficiencia de vitamina A también es un detonante para el sarampión grave. En este caso, el tratamiento debe mezclar la medicación con la alimentación balanceada.

Para prevenir eso y tener una ingesta de vitamina A adecuada se deben incluir vegetales de hojas verdes, frutos de colores intensos brillantes, zanahorias y vegetales amarillos. También son recomendadles la leche, cereales integrales, hígado, temas de huevo y aceite de hígado de pescado.