La hipertensión es definida por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como el estado en el que la presión en la sangre es demasiado alta y puede llevar a consecuencias delicadas. No es solo una la causa tras la cual un paciente puede ser diagnosticado, y el hecho de hacer un monitoreo periódico se convierte en casi una necesidad.
En su sitio oficial, la máxima autoridad sanitaria explica que se encuentran “dos valores: el primero es la tensión sistólica y corresponde al momento en que el corazón se contrae o late, mientras que el segundo, conocido como la tensión diastólica, representa la presión ejercida sobre los vasos cuando el órgano se relaja entre un latido y otro”.
Respecto a los factores de riesgo, ese organismo pone su atención en la ausencia o baja actividad física, el consumo de alcohol y tabaco, una dieta alimenticia inconsciente que prima el alto contenido de grasas trans, saturadas, pero menor porcentaje de frutas y hortalizas. A estos se adicionan, otros aspectos como la edad (como los mayores de 65 años y antecedentes familiares).
Cuando hay sospechas de presión arterial alta y no se toman en cuenta las señales, el individuo podría experimentar complicaciones ‘serias’ en el corazón, derrames cerebrales e insuficiencia renal. Entre los síntomas a poner la lupa se encuentra la hemorragia nasal, alteraciones en la visión, cambios en los latidos, dolor en el pecho, fuertes dolores de cabeza y náuseas.
Controle la hipertensión con frutas
De acuerdo con la Fundación Española del Corazón son varias las frutas para ayudar a combatir la hipertensión, siendo los frutos rojos unos de los primeros. Estos abarcan las frambuesas, fresas y arándanos con efectos positivos para esa afección por contener antocianinas, a las cuales se les atribuyen propiedades antiinflamatorias y antioxidantes, según un análisis difundido por American Journal of Clinical Nutrition.
Investigadores de Harvard, citados por El Español, incluyen en sus recomendaciones los plátanos por su contenido de potasio y la probabilidad de que relaje los vasos sanguíneos, mientras incrementa la eliminación del sodio (cuya alta carga es ‘enemiga‘ para el organismo). Por otro lado, al limón también se le vincula con beneficios como la lucha contra la rigidez de los vasos y su vitamina B para reducir el riesgo de insuficiencia cardíaca.
Mejor con Salud menciona que la granada es otra fruta asociada para la buena salud del corazón y, en esa línea, contra la obstrucción de las arterias por su contribución antioxidante. Ese portal alude a un estudio del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) que encontró dicho alimento como un aliado para enfrentar los niveles elevados de presión.
Otros alimentos para la presión arterial
Los cereales como la avena y el trigo integral se encuentran entre otras recomendaciones de la Fundación Española del Corazón, así como la remolacha y las patatas. De estas últimas se destaca su aporte de magnesio y potasio.
MedlinePlus recoge otra lista de alimentos que, de incluirse en la dieta periódica, podría mostrar amplios resultados. Esa plataforma aclara que la cantidad está sujeta a las calorías necesarias. En el caso de 2.000 sería:
1. Legumbres, nueces y semillas: entre cuatro y cinco porciones a la semana.
2. Frutas: entre cuatro y cinco raciones todos los días.
3. En cuanto a los azúcares añadidos (como la gelatina): no se recomienda exceder más de cinco porciones a la semana.
4. Verduras: la misma cantidad que en el caso de las frutas.
5. Pescados y aves: no más de dos porciones al día.
6. Lácteos bajos en grasa como el yogur: máximo tres porciones diarias.