El cloruro de magnesio es la mezcla de cloro y magnesio (MgCl2) y es utilizado para tratar o prevenir algunas enfermedades.
Además, un blog de salud de Mapfre reveló que el consumo de cloruro de magnesio puede ser útil para:
- Mejorar la densidad ósea. Es posible que ayuden a reducir el riesgo de osteoporosis en mujeres mayores.
No obstante, el diario español Sport reveló que el consumo de magnesio tiene algunas contraindicaciones como:
1. Tiene efecto laxante y no debe consumirse si se tiene diarrea.
2. No es recomendado para las personas que padecen de colitis ulcerosa.
3. Las personas con insuficiencia renal o problemas de riñón tampoco deben consumir cloruro de magnesio.
4. Reduce el efecto de algunos antibióticos y, por ello, hay que tener precaución.
5. No se debe consumir en caso de estar tomando medicamentos para la hipertensión.
Sobre la misma línea, la Clínica Baviera reveló que el cloruro de magnesio se puede preparar desde casa y solo “se necesitan 30 gramos de cloruro de magnesio cristalizado (puede comprarse en herboristerías) y un litro de agua”.
Posteriormente, hay que hervir el agua y cuando esté en su punto de ebullición se deja reposar hasta que se enfríe para después reenvasar en un recipiente de vidrio. Finalmente, agregar el cloruro de magnesio cristalizado.
Además, señaló que “en cuanto a las cantidades, lo habitual es tomar de una a dos cucharadas al día”.
De todos modos, la información antes dada de ninguna manera sustituye la asesoría médica y por ello lo primero que hay que hacer es consultar a un experto de la salud para que sea este quien guíe el proceso e indique qué es lo más adecuado para cada persona.
Por su parte, es importante señalar que el cloruro de magnesio es diferente al magnesio, ya que el segundo nombrado regula la función de los músculos y el sistema nervioso, los niveles de azúcar en la sangre y la presión sanguínea, de acuerdo con los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos (NIH, por sus siglas en inglés).
Además, este se encuentra presente de forma natural en una variedad de alimentos como:
- Legumbres, nueces, semillas, cereales integrales, hortalizas de hojas verdes (como la espinaca).
- Cereales para el desayuno y otros alimentos fortificados.
No obstante, el consumo de magnesio depende de la edad y el sexo, pero las recomendaciones de los Institutos son:
- Bebés hasta los 6 meses de edad: 30 mg
- Bebés de 7 a 12 meses de edad: 75 mg
- Niños de 1 a 3 años de edad: 80 mg
- Niños de 4 a 8 años de edad: 130 mg
- Niños de 9 a 13 años de edad: 240 mg
- Adolescentes (varones) de 14 a 18 años de edad: 410 mg
- Adolescentes (niñas) de 14 a 18 años de edad: 360 mg
- Hombres: 400–420 mg
- Mujeres: 310–320 mg
- Adolescentes embarazadas: 400 mg
- Mujeres embarazadas: 350–360 mg
- Adolescentes en período de lactancia: 360 mg
- Mujeres en período de lactancia: 310–320 mg
Sobre la misma línea, los institutos explicaron qué pasa si no se consume suficiente magnesio y señalaron que, a corto plazo, el consumo insuficiente de magnesio no produce síntomas evidentes. Cuando las personas sanas no ingieren suficiente magnesio, los riñones ayudan a retener magnesio limitando la cantidad que se elimina en la orina.
“Sin embargo, el consumo insuficiente de magnesio de forma prolongada puede causar deficiencia de magnesio. Además, algunas enfermedades y medicamentos interfieren con la capacidad del cuerpo para absorber magnesio o aumentan la cantidad de magnesio que excreta el cuerpo, lo cual también puede causar deficiencia de magnesio. Algunos síntomas de deficiencia de magnesio son la pérdida del apetito, náuseas, vómitos, fatiga y debilitamiento. La insuficiencia extrema de magnesio puede causar entumecimiento, hormigueo, calambres musculares, convulsiones, cambios de personalidad y anomalías en el ritmo cardíaco”, explicaron los institutos.