La piel cambia con la edad: pierde grasa, adelgaza y aparecen las arrugas. Por eso, tener un rostro rejuvenecido es uno de los deseos más comunes entre los hombres y mujeres que van llegando a la edad madura. Es en la piel de la cara donde el paso de los años se refleja más. Esta pierde la capacidad de retener agua y las glándulas sebáceas segregan menos sebo.
Según el portal Mayo Clinic, las glandulas sebáceas reducen el manto ácido protector, por eso tiene tendencia a resecarse. Además, al disminuir la producción de colágeno y elastina tiene menos elasticidad y firmeza. Se vuelve fina y aparecen arrugas.
Por otro lado, los efectos de los excesos de años atrás, como le exposición excesiva al sol, pueden traducirse en más arrugas, sequedad, manchas por la edad y enfermedades como el cáncer. La sequedad es uno de los temores. Esta se produce cuando la piel (en general) no se hidrata lo suficiente, tanto por dentro como por fuera.
Un estudio del Consejo General de Colegios Farmacéuticos Españoles, explica que el proceso de envejecimiento conlleva una serie de cambios corporales, fisiológicos y funcionales que modifican las necesidades nutricionales de las personas. Por esta razón, llevar a cabo una buena ingesta de vitaminas es igual o más importante que utilizar cremas o someterse a tratamientos estéticos para prevenir o reducir los daños del envejecimiento. Aquí las vitaminas escenciales para frenar los signos de la edad en la piel.
Vitamina C
Es un antioxidante, lo que significa que combate los radicales libres nocivos (toxinas), que entran en contacto con la piel de fuentes externas como la contaminación del aire o del interior del cuerpo como resultado de procesos normales como el metabolismo.
Su frecuente aplicación puede mejorar la apariencia general de la piel. Por esta razón, es una de las vitaminas más usadas en dermatología, con el fin de retrasar el envejecimiento prematuro de la piel, prevenir el daño solar y mejorar la apariencia de arrugas.
Vitamina A
“Los dermatólogos la sugerimos por que hacemos enfasis en los retinoides tópicos para referirnos a todas aquellas moléculas derivadas de la vitamina A, que tienen propiedades antienvejecimiento”, señala Cristina García Millán, miembro de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV).
Los retinoides tópicos han demostrado su eficacia y seguridad en el tratamiento del envejecimiento y fotoenvejecimiento. Además, ya existe evidencia que respalda el uso de los retinoides tópicos, en monoterapia y en el tratamiento de los trastornos pigmentarios como el melasma, los lentigos solares y la hiperpigmentación postinflamatoria.
Cabe resaltar, que estas vitaminas deben ir acompañadas de un agente especial: el bloqueador solar. Este juega el rol de proteger a la piel de las radiaciones solares, especialmente de los rayos ultravioleta (UV). Su uso está especialmente recomendado en los meses soleados, aunque deben ser utilizados todos los días con o sin exposición al sol.
Los expertos recomiendan usar un protector solar con un factor de protección solar de al menos 30. Los protectores solares con FPS superiores a 50 proporcionan solo un pequeño aumento en la protección contra los rayos UV. Esto quiere decir, que los factores de protección solar de alto número duran lo mismo que los factores de protección solar de bajo número.