El color natural de la orina es de un tono amarillo, el cual puede variar de intensidad. Sin embargo, si se presentan otros tonos no hay que preocuparse, ya que esto puede ser el resultado de diferentes factores. En caso de presentar cambios, lo recomendable es consultar a un doctor para recibir un diagnóstico profesional.
Orina de color rojo o rosa
En algunas ocasiones, la orina de color roja puede ser una señal de alarma solo si se observa que puede ser sangre y se presentan otros síntomas como dolor al orinar. Sin embargo, no siempre quiere decir que se deba a una enfermedad grave.
En algunas ocasiones puede deberse al consumo de algunos alimentos que pueden dar este tono como remolacha o ruibarbo.
Algunas de las afecciones que también pueden provocarlas incluyen infecciones urinarias, agrandamiento de la próstata, tumores cancerosos y no cancerosos, quistes renales, carreras de larga distancia y cálculos en los riñones o en la vejiga.
También la toma de algunos medicamentos puede causar este tono rojizo como la rifampicina (Rifadin, Rimactane) y la fenazopiridina (Pyridium).
Orina de color naranja
Algunos medicamentos como sulfasalazina (Azulfidine), la fenazopiridina (Pyridium), algunos laxantes y ciertos medicamentos de quimioterapia pueden causar un color naranja en la orina.
Asimismo, es importante consultar al doctor ya que este tono en la orina puede alarmar sobre posibles problemas en el hígado o las vías biliares.
Orina de color azul o verde
Se debe tener en cuenta que algunos alimentos o productos pueden causar colores en la orina. En ese mismo sentido, algunos medicamentos también, como la amitriptilina, la indometacina (Indocin, Tivorbex) y el propofol (Diprivan).
Algunas de las afecciones que pueden causar color azul o verde incluyen la hipercalcemia benigna hereditaria, infecciones urinarias, entre otras.
Orina de color marrón oscuro
Comer una cantidad alta de habas o ruibarbo puede causar que la orina sea de color marrón oscuro. Asimismo, el consumo de medicamentos como antipalúdicos cloroquina y primaquina, los antibióticos metronidazol (Flagyl) y nitrofurantoína.
Se debe consultar a un médico para descartar afecciones relacionadas con el hígado o infecciones urinarias. Cuando se realiza ejercicio extremo pueden provocarse daños renales, los cuales pueden manifestarse a través de orina marrón.
Infecciones urinarias
Una infección urinaria es una de las afecciones comunes en las personas y tiene su origen en la entrada de bacterias a la uretra. Esto puede ocurrir por la piel o el recto.
“Pueden afectar a distintas partes de las vías urinarias, pero la infección de vejiga (cistitis) es el tipo más común. La infección de los riñones (pielonefritis) es otro tipo de infección urinaria. Es menos común que la infección de vejiga, pero más grave”, explican los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés).
Algunos de los síntomas:
- Fiebre baja.
- Dolor o ardor al orinar.
- Presión o calambres en la parte inferior del abdomen o en la espalda baja.
- Fuerte necesidad de orinar con frecuencia, incluso poco después de haber vaciado la vejiga.
Infección renal
Los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos (NIH, por sus siglas en inglés) señalan que los síntomas de las infecciones renales pueden variar según la edad. Algunos de ellos incluyen:
- Fiebre.
- Dolor en la espalda, el costado o la ingle.
- Náuseas.
- Vómito.
- Orina turbia, oscura, con sangre o con mal olor.
- Micción frecuente y dolorosa.
- Un niño menor de dos años puede tener solo fiebre alta.
- Un adulto mayor de 65 años podría no presentar ninguno de los síntomas anteriores. Sin embargo, puede presentar: confusión, alucinaciones y lenguaje enredado.
Generalmente, la causa de una infección renal son bacterias que habitan en el intestino. “Las vías urinarias tienen varias formas de prevenir que la infección suba. Por ejemplo, con mucha frecuencia, al orinar se eliminan las bacterias antes de que lleguen a la vejiga. A veces, el organismo no puede combatir las bacterias y estas causan una infección de las vías urinarias. Si la persona no recibe tratamiento médico para detener la infección, la bacteria puede infectarle los riñones”, detallan los NIH.