La demencia es un síndrome en el que ocurre un deterioro cognitivo. Afecta la memoria, el pensamiento, la orientación, la comprensión, el cálculo, la capacidad de aprendizaje, el lenguaje y el juicio. Según indica la Organización Mundial de la Salud, es uno los factores que causa discapacidad y dependencia entre las personas adultas mayores a nivel global.

Los síntomas de la demencia pueden variar según su causa. Esta organización explica que la enfermedad puede afectar diferente a cada persona. Los signos pueden desarrollarse según el impacto y la personalidad del individuo.

En la etapa temprana de la enfermedad, que suele pasar desapercibida, los signos son tendencial al olvido, pérdida de la noción del tiempo y desubicación espacial, incluyendo lugares conocidos.

Mayo Clinic, entidad sin ánimo de lucro dedicada a la práctica clínica, la educación y la investigación, señala los más comunes:

Cambios cognitivos

  • Pérdida de la memoria, que frecuentemente es notada por otra persona.
  • Dificultad para comunicarse o encontrar palabras para expresarse.
  • Dificultad con las habilidades visuales y espaciales (perderse mientras se conduce un vehículo).
  • Dificultad para razonar o para resolver problemas.
  • Dificultad para manejar tareas complejas.
  • Dificultad para planificar y organizar.
  • Dificultad con la coordinación y las funciones motoras.
  • Confusión y desorientación.

Cambios psicológicos

  • Cambios en la personalidad.
  • Depresión.
  • Ansiedad.
  • Comportamiento inapropiado.
  • Paranoia.
  • Agitación.
  • Alucinaciones.

La mayoría de los tipos de demencia son degenerativas, quiere decir que los cambios en el cerebro no pueden detenerse ni revertirse. El Alzheimer es el más común.

De acuerdo con Medline Plus, sitio web de la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, existen algunas afecciones que pueden provocar demencia:

  • Enfermedad de Huntington.
  • Lesión cerebral.
  • Esclerosis múltiple.
  • Infecciones como el VIH/sida, la sífilis y la enfermedad de Lyme.
  • Mal de Parkinson.
  • Enfermedad de Pick.
  • Parálisis supranuclear progresiva.

Algunas causas de demencia pueden revertirse si se detectan a tiempo. Estas incluyen:

  • Tumores del cerebro.
  • Abuso de alcohol por mucho tiempo (crónico).
  • Cambio de los niveles de azúcar, calcio y en la sangre (demencia de origen metabólico).
  • Niveles bajos de vitamina B12.
  • Hidrocefalia normotensiva.
  • Uso de ciertos medicamentos, incluyendo la cimetidina y algunos medicamentos para disminuir el colesterol.
  • Algunas infecciones del cerebro.

Importancia de la actividad física para el cerebro

Ejercitarse es uno de las herramientas clave para mantener un cuerpo saludable. “Se ha demostrado que la actividad física regular ayuda a prevenir y controlar las enfermedades no transmisibles, como las enfermedades cardíacas, los accidentes cerebrovasculares, la diabetes y varios tipos de cáncer. También ayuda a prevenir la hipertensión, a mantener un peso corporal saludable y puede mejorar la salud mental, la calidad de vida y el bienestar”, detalla la Organización Mundial de la Salud.

Asimismo, la actividad física tiene beneficios para el cerebro. Según indican los expertos de Mayo Clinic las investigaciones muestran que las personas que son físicamente activas son menos propensas a tener un deterioro de la función mental y tienen un menor riesgo a sufrir de Alzheimer.

Ejercitarse ayuda a combatir factores de riesgo del Alzheimer, como lo es la depresión y la obesidad. Si se realizan mínimo de 30 a 60 minutos de actividad física a la semana, se puede obtener lo siguiente:

  • En las personas sanas, conservar la capacidad de pensamiento, razonamiento y aprendizaje.
  • En el caso de las personas que tienen Alzheimer leve o con un deterioro cognitivo leve, puede ayudar a mejorar la memoria, el razonamiento, el juicio y la función cognitiva.
  • Aumentar el tamaño de la parte del cerebro asociada con la formación de la memoria (hipocampo).